La firma farmacéutica Pfizer, en alianza con BioNTech, solicitó este lunes a las autoridades sanitarias de Estados Unidos la autorización para poder aplicar una tercera dosis de su vacuna contra el coronavirus.
La compañía también presentó a las autoridades de salud resultados preliminares de un estudio que analiza el impacto y la eficacia de la tercera dosis del inmunizante.
“Los datos que hemos visto hasta ahora sugieren que una tercera dosis de nuestra vacuna desencadena niveles de anticuerpos que superan significativamente los observados después de las dos dosis inicialmente programadas”, explicó Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer, citado en un comunicado de prensa publicado por AFP.
Las farmacéuticas presentaron datos de ensayos clínicos fase uno a la Agencia de Drogas y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para respaldar la evaluación de una tercera dosis, o dosis de refuerzo, de la vacuna contra el covid-19 para aprobación futura.
El objetivo de esta tercera dosis sería la de aumentar la inmunización y la efectividad de las vacunas contra las variantes del coronavirus, en especial la delta la cual ha mostrado ser más contagiosa y resistente que la cepa original.
Estos resultados también serán presentados a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y a otras autoridades reguladoras “en las próximas semanas”, se adelantó.
“Los resultados de la Fase 3 se esperan pronto y se presentarán a la FDA, EMA y otras autoridades reguladoras de todo el mundo”, dijo el comunicado.
Pfizer ya había comunicado estos resultados, que se relacionan con la cepa inicial del virus, pero también contra las variantes beta y delta, siendo esta última el origen de un fuerte resurgimiento de la epidemia en todo el mundo.
Esta dosis de refuerzo, administrada entre 6 y 12 meses después de las dos primeras inyecciones, “podría ayudar a reducir las tasas de infecciones y enfermedades en personas previamente vacunadas, y controlar mejor la propagación de variantes del virus”, estimó Ugur Sahin, jefe de BioNTech.
Un comité asesor de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC), la principal agencia federal de salud pública en Estados Unidos, se reunirá a fines de agosto para discutir el beneficio de una dosis adicional para adultos mayores de 65 años, residentes de hogares de ancianos y profesionales de la salud.
Investigaciones por efectos secundarios
La semana pasada, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) señaló que actualmente investiga tres posibles nuevos efectos secundarios de las vacunas ARNm contra el coronavirus, es decir las de Pfizer y Moderna.
Estos efectos serían el eritema multiforme, la glomerulonefritis y el síndrome nefrótico. El primero es descrito como “hipersensibilidad alérgica con lesiones cutáneas redondas”. El segundo es la “inflamación de los diminutos filtros de los riñones” y el tercero es señalado como un “trastorno renal que hace que los riñones pierdan demasiadas proteínas en la orina”.
Según el organismo, los afectados pueden presentar “orina sanguinolenta o espumosa, hinchazón de los párpados y los pies o fatiga”.
De acuerdo con lo informado por la EMA, los casos detectados son “un pequeño número”. “Son eventos médicos que se han observado después de la vacunación”, los cuales –aseguró– “no están necesariamente relacionados o causados por la misma”.
“El hecho de que alguien haya tenido un problema médico o haya muerto después de la vacunación no significa necesariamente que esto haya sido causado por la vacuna. Esto puede haber sido causado, por ejemplo, por problemas de salud no relacionados con la vacunación”, subrayó.
El organismo indicó que en el marco de su investigación le ha “solicitado más datos y análisis al titular de la autorización de comercialización para apoyar la evaluación”, sostuvo.
Con información de AFP.