Disfrazados y listos para la batalla, unos 10.000 aficionados de Pokémon participan este fin de semana en Japón en el campeonato mundial de este juego en busca de diversión, pero también de artículos de coleccionista que pueden valer mucho dinero.
Desde el lanzamiento en 1996 del juego de naipes de Pokémon tras el éxito mundial del videojuego homónimo se han impreso 53.000 millones cartas.
Y casi tres décadas después, el juego sigue siendo extremadamente popular entre sus seguidores, que se retan con cartas que representan las diferentes criaturas y sus distintas habilidades.
En el Campeonato Mundial de Pokémon, celebrado por primera vez en Japón, en la ciudad de Yokohama, los mejores jugadores tanto de cartas como de videojuegos se batirán por dinero ante miles de espectadores.
“He jugado desde niño”, dice Ajay Sridhar, de 33 años, que viajó desde Nueva York con sus cartas para participar en el campeonato.
“Es por la competición, por la comunidad (...) A muchos de mis amigos de larga data los he conocido a través de Pokémon”, explica a AFP.
“Es un poco como el ajedrez. Si no has jugado a ajedrez y ves una partida de alto nivel, no vas a entender qué está pasando”, apunta Gilbert McLaughlin, un escocés de 27 años.
“Pero una vez llegas a cierto nivel de habilidad, hay mucha profundidad y complejidad en ello”.
Valor en alza
Desde el ratón Pikachu al globo Jigglypuff o la tortuga Squirtle, existen más de 1.000 especies de Pokémon distintas y cada algunos años se añaden nuevas “generaciones”.
Aunque desde el comienzo se intercambiaron y coleccionaron, el valor de las cartas se ha disparado en años recientes, tanto entre los aficionados como entre inversores que guardan poco o nulo interés hacia el juego.
Los factores que determinan su valor son su rareza, el personaje (Mew, Mewtwo, Pikachu y Charizard suelen ser los más cotizados) y el artista que las ha diseñado, que aparece indicado en la carta.
Han florecido numerosas webs dedicadas a ayudar a la gente a entender la vertiginosa variedad de cartas y sus múltiples marcas, con gráficos que muestran su valor a lo largo del tiempo.
La venta más cara se produjo en 2021, cuando el youtuber estadounidense Logan Paul pagó a un vendedor “misterioso” en una habitación de hotel de Dubái 5,28 millones de euros por una carta supuestamente única de Pikachu.
Al año siguiente, el youtuber de 28 años acudió a un combate de lucha WWE en Texas con la carta colgada del cuello, dentro de una caja protectora de plástico unida a una cadena de oro.
Peleas y atracos
Hiroshi Goto es un experto en las cartas de Pokémon y ha escrito un libro con consejos sobre cómo ganar dinero con ellas.
Cuando regentaba una tienda de venta de naipes en los años 2000, sus clientes eran principalmente “escolares con sus padres que participaban en torneos juntos”.
Pero tras el 20º aniversario del lanzamiento del juego en 2016, “la percepción de las cartas evolucionó a algo más que juguetes para niños, sino artículos apreciados por los adultos, piezas de coleccionista con un valor tangible”.
La demanda es tal que Pokémon Company tuvo que aumentar la producción.
También se han dado casos de peleas físicas por las cartas en Japón o Estados Unidos, atracos a tiendas que comercializan con ellas o un creciente fenómeno de falsificación.
El youtuber Logan Paul, por ejemplo, explicó en uno de sus videos que en 2021 pagó 3,75 millones de dólares por una caja “sellada y autentificada” que resultó contener cartas de “G.I. Joe”.
Trabajar jugando a cartas
Más allá de la competición, la cita en Yokohama también sirve para que los coleccionistas intercambien o venden sus naipes.
Jeffrey Ng acaba de pagar felizmente 1.700 dólares para adquirir diez cartas y confía en poder revenderlas por más.
“Las convenciones como esta son un buen lugar para conocer a otros coleccionistas”, dice a la AFP.
Todas las cartas están cuidadosamente concebidas y diseñadas en el mismo lugar, en las oficinas en Tokio de Creatures Inc, propietarios de Pokémon Company junto a Nintendo y Game Freak.