El ministro de Exteriores de China, Wang Yi, aplaudió las “señales positivas” que han enviado los talibanes durante sus numerosas apariciones públicas de los últimos días, aunque les ha marcado algunas líneas rojas, como la desvinculación de organizaciones terroristas.

Wang trasladó la posición de Pekín en una conversación el miércoles con su homólogo turco, Mevlut Cavusoglu, aunque fue este jueves cuando el Gobierno chino y la prensa oficial revelaron los detalles. Según el ministro, la posición internacional sobre los talibanes dependerá de sus acciones.

El ministro de Exteriores de China, Wang Yi, aplaudió las “señales positivas” que han enviado los talibanes durante sus numerosas apariciones públicas de los últimos días, aunque les ha marcado algunas líneas rojas, como la desvinculación de organizaciones terroristas. | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved.

Sin embargo, reconoció que los milicianos que el domingo tomaron Kabul “han enviado señales positivas al mundo exterior”, al tiempo que ha emplazado a lograr acuerdos para que los afganos puedan apoyar una nueva senda de reconstrucción en Afganistán.

Según Pekín, esto pasa también por que los talibanes rompan con todas las organizaciones terroristas señaladas como tal por el Consejo de Seguridad de la ONU. A China le preocupan especialmente los supuestos lazos con el Movimiento Islámico del Turquestán Oriental, una organización radical uigur.

Por su parte, un portavoz del Gobierno chino señaló que los talibanes son más “sobrios y racionales” que antes, y cree que la comunidad internacional debería utilizar una “forma de pensar dialéctica, integral, interconectada y desarrollista” para tratar con el grupo.

“No se espera que los talibanes repitan la historia pasada”, dijo este jueves el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, en una conferencia de prensa.

“Nada permanece sin cambios. Debemos mirar no solo al pasado, sino también al presente; no solo por lo que dicen, sino también por lo que hacen”, dijo Hua.

Según Pekín, esto pasa también por que los talibanes rompan con todas las organizaciones terroristas señaladas como tal por el Consejo de Seguridad de la ONU. A China le preocupan especialmente los supuestos lazos con el Movimiento Islámico del Turquestán Oriental, una organización radical uigur. | Foto: Reuters

Talibanes buscan tener buenas relaciones en todo el mundo

Los talibanes aseguraron que no tienen previsto establecer vetos internacionales y que aspiran a tener “buenas relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países”, en un contexto en el que las reacciones foráneas van desde el estupor hasta el pragmatismo.

El régimen depuesto en 2001 solo lo reconocían Pakistán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, pero desde la toma de Kabul el domingo los talibanes están vendiendo otra imagen que dista de la de hace 20 años y que habla de inclusividad en la toma de decisiones o de respetar los Derechos Humanos.

A falta de ver en qué se concretan estas promesas y del resultado de las negociaciones ya en marcha con los líderes políticos locales –encabezados por Hamid Karzai y Abdulá Abdulá–, los talibanes también han tendido puentes hacia una comunidad internacional que por el momento desconfía de lo que Human Rights Watch (HRW) ha descrito como “palabras vagas”.

La mayoría de los gobiernos occidentales optan por ahora por ver qué pasa en el proceso negociador, aparcando por el momento mensajes contundentes en relación al reconocimiento o no de un futuro régimen. “Juzgaremos al régimen según las elecciones que hagan y por sus acciones, en vez de por sus palabras”, sentenció el miércoles el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, resumen de un sentir general. | Foto: AFP or licensors

Un portavoz insurgente, Zabihulá Muyahid, confirmó este jueves en Twitter la buena voluntad diplomática del “Emirato Islámico”, en un intento por salir al paso de los “rumores”. “No hemos hablado de no hacer negocios con países concretos”, aseguró, sin aludir a ningún caso particular.

Estados Unidos, bajo la Presidencia de Donald Trump, se sentó a negociar con los talibanes y firmó un acuerdo que, en febrero de 2020, sentó las bases del repliegue militar que ha terminado de consumarse con el demócrata Joe Biden. La principal preocupación de Washington sería la de que Afganistán volviese a la casilla de salida, de nuevo como bastión del terrorismo a gran escala.

La mayoría de gobiernos occidentales optan por ahora por ver qué pasa en el proceso negociador, aparcando por el momento mensajes contundentes en relación al reconocimiento o no de un futuro régimen. “Juzgaremos al régimen según las elecciones que hagan y por sus acciones, en vez de por sus palabras”, sentenció el miércoles el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, resumen de un sentir general.

El alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, apuntó en varias comparecencias y entrevistas que el bloque no tiene previsto por ahora ningún reconocimiento, si bien sí ha admitido que se deberán abrir “canales de comunicación” para resolver cuestiones prácticas, empezando por los procesos de evacuación en marcha desde Kabul.

El Gobierno de Francia, sin embargo, ya ha dejado claro por boca de su secretario de Estado de Asuntos Europeos, Clément Beaune, que “no habrá ningún reconocimiento” del régimen talibán, aunque al mismo tiempo ha reconocido en declaraciones a Franceinfo que sería “una noticia un poco menos mala” que en el futuro gobierno hubiese miembros de otras facciones políticas.

Con información de Europa Press.