Con la llegada de Francisco al papado de la Iglesia católica en 2013, se rompieron varios paradigmas en la institución que venían desde hacía siglos y no fue hasta la nueva era del sumo pontífice que muchos debates se empezaron a dar: mayores castigos a los sacerdotes que abusen de niños, investigaciones por corrupción, bendición a parejas homosexuales o la idea de abrir puestos de jerarquía en la Iglesia a las mujeres. Pero la última petición toca las puertas del papa.

Los Museos Vaticanos son una de las principales fuentes de ingresos para la Santa Sede. Más de 30 instalaciones, incluidas la Capilla Sixtina, la Necrópolis de la Vía Triumphalis, la Galería de los Mapas o la Colección de Arte Moderno y Contemporáneo, forman parte del gran atractivo del Estado religioso para los turistas. No obstante, una petición hace ver el verdadero viacrucis que viven sus empleados.

Papa Francisco. | Foto: Vatican Media

Un total de 49 trabajadores le pidieron al papa Francisco que revisen sus condiciones laborales, pues, alegan, trabajando para los Museos Vaticanos no les reconocen la antigüedad en la institución, las bajas por enfermedad son extremadamente reguladas y tampoco reciben compensaciones de horas extra o las pagan con tarifas más bajas de lo normal. La demanda fue presentada desde el 23 de abril, pero los diarios italianos la conocieron hasta esta semana.

“Se retribuye menos que el trabajo ordinario. Después de seis horas de pie, debes seguir trabajando y recibir un salario más bajo. Y el empleador abusa de esta herramienta”, dice la misiva sobre el mal manejo de las horas extras. Asimismo, denuncian que, durante la pandemia, el Vaticano les pagó los sueldos a pesar de que no estuvieron trabajando, pero ahora deben retribuir dichos sueldos trabajando más horas en el día. “En el Vaticano no existe un fondo de despidos, no existen medidas de apoyo a los ingresos en caso de crisis o fases de desempleo total”, se lee en la denuncia.

Capilla Sixtina. | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved

De igual manera, aducen que en los últimos tiempos sus condiciones de salubridad y seguridad han sido drásticamente reducidas por cuenta de decisiones tomadas por las autoridades de la Iglesia, que han permitido más aglomeraciones y reducciones del personal de guardia, que muchas veces mantienen a los turistas a raya de los guías y trabajadores.

“Eminencia reverendísima, las condiciones de trabajo atentan contra la dignidad y la salud de cada trabajador. Es evidente la mala gestión, que sería aún más grave si obedeciera a la única lógica de obtener mayores beneficios”, señalan en la carta interpuesta al Gobierno vaticano. Aseguran que las políticas laborales son bastante distantes a los estándares y leyes de la Unión Europea y de la legislación italiana.

Ciudad del Vaticano | Foto: Getty Images

Los firmantes de la misiva son 47 empleados de servicios generales, un restaurador y un trabajador de librería, que envían las peticiones al cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente del Governatorato. Pero en caso de que estas no se resuelvan en unas semanas, amenazan con llevar al Vaticano a los tribunales en una demanda colectiva, en lo que sería un caso sin precedentes para la máxima institución de la Iglesia católica.

Se desconoce cómo la institución religiosa actuará frente a estas demandas que ponen en tela de juicio la transparencia del Vaticano frente a sus empleados, con prácticas consideradas ilegales o deshonestas y que han provocado la indignación de la ciudadanía y de usuarios en redes sociales. El caso tendrá su resolución dependiendo de cómo actúe la Iglesia en la demanda, que seguramente habrá llamado la atención del papa Francisco.