La secretaria de Estado Marlène Schiappa se encuentra en el punto de mira en Francia por posar y conceder una entrevista a la revista erótica Playboy, considerado como “inapropiado” en el contexto actual de conflicto social.
Schiappa, de 40 años y responsable de la Economía Social y Solidaria y de la Vida Asociativa, posa con un vestido blanco y habla sobre los derechos de las mujeres, la política y la literatura en el número de la revista para adultos, que aparecerá el jueves 6 de abril.
“Defender el derecho de las mujeres a disponer de su propio cuerpo se hace siempre y en todas partes. En Francia, las mujeres son libres”, tuiteó el fin de semana la mediática funcionaria, también autora de libros eróticos y muy activa en las redes sociales.
Para el editor de la revista, Schiappa es la política “más compatible con ‘Playboy’”, porque está comprometida con los derechos de las mujeres y entendió que Playboy ya no es una publicación para viejos machistas, sino que puede ser un instrumento de la causa feminista”.
Sin embargo, la primera ministra, Élisabeth Borne, la llamó por teléfono para decirle que consideraba “del todo inapropiada” su aparición en la revista erótica, en el actual contexto de tensión por una impopular reforma de las pensiones, según su entorno.
Francia registra protestas masivas contra el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y el aumento de la cotización a 43 años para 2027 para cobrar una pensión completa, que el presidente liberal Emmanuel Macron adoptó por decreto.
La oposición de izquierda criticó así la estrategia de comunicación del gobierno, después que el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, apareciera en la revista Têtu, orientada al colectivo LGTBI, y Macron hablara con la revista infantil Pif Gadget.
“Estamos en plena crisis social (…) y tengo la impresión que hay una cortina de humo entre Têtu, Pif Gadget y Playboy”, lamentó en la cadena BFMTV la diputada ecofeminista Sandrine Rousseau. “Francia descarrila”, según el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Macron encarga a gobierno “modelo francés” sobre posible “ayuda activa a morir”
El presidente francés, Emmanuel Macron, encargó este lunes 3 de abril a su gobierno una ley sobre un “modelo francés del final de la vida”, pero sin comprometerse a seguir la opinión de una convención ciudadana que recomendó autorizar la eutanasia o el suicidio asistido.
Tras tres meses de debates, los 184 miembros de esa convención impulsada por Macron aprobaron por amplia mayoría recomendar una “ayuda activa a morir”, en concreto el suicidio asistido o la eutanasia, pero sin ponerse de acuerdo sobre su acceso a menores.
“No puedo prometerles retomar una u otra de sus conclusiones. Estas seguirán su curso. Su victoria es que existan”, dijo el presidente centrista a los miembros de esta convención, que le presentaron sus conclusiones en el Palacio del Elíseo.
Macron, de 45 años, encargó al gobierno y a los parlamentarios fijar las modalidades de este “modelo francés de final de vida” para mediados de septiembre, con base a los principios de una “voluntad libre” y “reiterada” ante sufrimientos “incurables”.
El Colegio de Médicos ya avanzó su oposición a que doctores practiquen la eutanasia y pidió una cláusula de conciencia en el caso del suicidio asistido.
En Francia, la eutanasia es un asunto delicado, sobre todo desde el caso de Vincent Humbert, quien, tetrapléjico, mudo y casi ciego por un accidente de tráfico, pidió en 2003 en vano al entonces presidente conservador Jacques Chirac “el derecho a morir”.
Los cambios en las leyes sobre cuidados paliativos se han ido sucediendo desde entonces. La última, la ley Claeys-Leonetti, instauró en 2016 una “profunda y continua sedación” hasta la muerte para pacientes con una “enfermedad grave e incurable”.
El actual mandatario anunció también este lunes “un plan decenal” sobre cuidados paliativos para garantizar un “acceso efectivo y universal a los cuidados de acompañamiento en el final de la vida”.
Según un sondeo publicado domingo por el semanario Le Journal du Dimanche, una 70 % de los franceses consultados apoya legislar una ayuda activa a morir, aunque solo un 36 % recurrirían a la eutanasia si tuvieron una enfermedad dolorosa e incurable.
La eutanasia es legal actualmente en un puñado de países en el mundo, entre ellos Colombia, España, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.
*Con información de AFP.