El presidente portugués, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, promulgó este martes la ley que despenaliza la eutanasia, adoptada la semana pasada por el parlamento tras un arduo proceso legislativo.

“El presidente de la República promulgó el decreto (...) como estaba obligado” a hacerlo por la Constitución, indicó la presidencia portuguesa en un comunicado.

La versión final de la ley que regula “la muerte médicamente asistida” fue adoptada, gracias en particular a los socialistas, que disponen de mayoría absoluta, por 129 votos a favor y 81 en contra, de un total de 230 diputados.

Portuguese President Marcelo Rebelo de Sousa speaks after wining his presidential re-election in Lisbon, on January 24, 2021. - The current head of state, a 72-year-old former law professor who made a name for himself as a political talk show host on television, received 61.3% of the votes, according to the partial results obtained after 98.8% of the precincts were counted. (Photo by PATRICIA DE MELO MOREIRA / AFP) | Foto: AFP or licensors

“La Constitución obliga al Presidente a promulgar una ley a la cual impuso su veto y que fue confirmada por la Asamblea de la República. Claro que la promulgaré, es mi deber constitucional”, había dicho Rebelo de Sousa tras el voto.

El proyecto de ley fue reformulado varias veces para tomar en cuenta los comentarios del presidente y después de haber sido modificado también por la Corte Constitucional.

La versión definitiva de la ley establece que la eutanasia sólo está permitida en casos en que “el suicidio médicamente asistido resulte imposible debido a la incapacidad física del paciente”.

Tras la publicación de los decretos de aplicación, la ley podría entrar en vigor en otoño, según las estimaciones citadas en la prensa local.

El Parlamento portugués despenaliza la eutanasia

El Parlamento portugués aprobó el pasado viernes 12 de mayo la versión final de una ley que despenaliza la eutanasia, con lo que el país se suma a los pocos del mundo que permite a una persona con una enfermedad incurable poner fin a su sufrimiento.

La ley fue adoptada, gracias en particular a los socialistas, que disponen de mayoría absoluta, por 129 votos a favor y 81 en contra, del total de 230 diputados con que cuenta la cámara portuguesa.

Eutanasia | Foto: Getty Images

“Confirmamos una ley que ha sido votada varias veces por una gran mayoría”, se felicitó la diputada socialista Isabel Moreira, una de las principales promotoras de la despenalización de la eutanasia.

Según la nueva ley, las personas de más de 18 años podrán solicitar asistencia para morir si sufren una enfermedad terminal y un sufrimiento insoportable.

Solamente cubriría a quienes sufren dolores “duraderos” e “intolerables”, a menos de que no se les considere mentalmente capacitados para tomar una decisión.

Se aplicará a ciudadanos portugueses y residentes legales, y no a extranjeros que llegan al país en busca de un suicidio asistido.

El tema dividió a este país de tradición católica y enfrentó la dura oposición del presidente conservador Marcelo Rebelo de Sousa, un católico practicante.

El proyecto de ley fue aprobado por el Parlamento portugués en cuatro ocasiones en los últimos tres años, pero fue devuelto para una revisión constitucional debido a la oposición del presidente.

Para evitar el veto del jefe del Estado, que dispone ahora de ocho días para promulgar el texto, los socialistas decidieron votar por segunda vez el mismo proyecto de ley.

Tras la publicación de los decretos de aplicación, la ley podría entrar en vigor en otoño, según las estimaciones citadas en la prensa local.

Rápida aprobación

Rebelo de Sousa ha vetado proyectos previos por considerar que tenían “conceptos excesivamente vagos”, y posteriormente dijo que el lenguaje utilizado para describir las condiciones terminales eran contradictorias y requerían una clarificación.

La nueva versión de la ley establece que la eutanasia sólo está permitida en casos en que “el suicidio médicamente asistido resulte imposible debido a la incapacidad física del paciente”.

Rebelo de Sousa pidió a los legisladores precisar quién certificará si un paciente es físicamente incapaz de un suicidio asistido, pero esta vez los legisladores se negaron a modificar el texto.

“La adopción de esta nueva ley ha sido relativamente rápida comparada con otros países grandes”, señaló Paulo Santos, miembro de la organización “Derecho a morir con dignidad”.

Pero “la lucha no termina ahí”, añade, porque muchos médicos podrían ampararse en la objeción de conciencia para no practicar eutanasias, como hacen algunos en el caso del aborto, legalizado en 2007 en referéndum.

De su lado, los críticos señalan que el tema no ha sido sometido a referendo y esperan que los diputados de oposición vuelvan a pedir a la Corte Constitucional revisar el proyecto.

“Es un capricho de los diputados que no quisieron escuchar a nadie”, reclamó José Seabra Duque, miembro de la Federación Portuguesa por la Vida.

La eutanasia y el suicidio asistido están autorizados solo en un puñado de países europeos, incluidos España, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos.

*Con información de AFP.