La impopular reforma de las pensiones impulsada por el presidente liberal Emmanuel Macron, en Francia, pasó al Senado, al terminar este viernes el plazo para que los diputados se pronunciaran en un contexto de creciente tensión. Pasada la medianoche, la presidenta de la Asamblea (cámara baja), Yaël Braun-Pivet, puso fin al examen del texto, que no llegó a votarse, antes de dar paso al debate sobre una moción de censura presentada por la ultraderecha, que fue ampliamente rechazada.
El pleno del Senado debatirá a partir del 2 de marzo la propuesta de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 en Francia, que desde su presentación en enero provocó una oleada de protestas masivas. Dos de cada tres franceses se oponen, según los sondeos, y el 31 de enero tuvo lugar la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas. Los sindicatos buscan aumentar la presión a partir del 7 de marzo, con huelgas prorrogables.
Los opositores cargan contra un proyecto injusto que perjudicaría a las clases populares. El gobierno defiende subir una de las edades de jubilación más bajas de Europa como una manera de evitar un déficit en la caja de las pensiones.
Aunque se daba casi por hecho que no se llegaría a votar en la Asamblea, los sindicatos aumentaron la presión en los últimos días sobre la oposición de izquierda para que se pudiera debatir al menos el artículo relativo al retraso de la edad. Pero en vano. El partido La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) mantuvo la mayoría de sus miles de enmiendas, lo que impidió llegar a ese punto, en un contexto de tiempo limitado por el polémico procedimiento escogido por el gobierno.
Si para el 26 de marzo, las dos cámaras no logran pronunciarse sobre el texto, el procedimiento utilizado permitiría al gobierno aplicar de todas formas la reforma, aunque corre el riesgo de aumentar el descontento social.
Así vivió Francia una nueva jornada de protestas en rechazo a la reforma pensional
Francia vivió este jueves su quinta jornada de protestas contra la reforma de las pensiones convocada por los sindicatos, con una movilización en retroceso a la espera de la huelga del 7 de marzo que busca “paralizar” el país.
A la espera de los datos a nivel nacional, el número de manifestantes en París era inferior a los de la marcha del sábado: el sindicato CGT reivindicó 300.000 este jueves (37.000, para la Policía) y 500.000 cinco días antes (93.000, según las autoridades).
“La jornada es ya un éxito (...) El descontento, la determinación y la pugnacidad están intactas”, dijo, en cambio, Laurent Berger, del sindicato CFDT, quien manifestó junto al resto de líderes sindicales en Albi (sur).
La nueva movilización tiene lugar en plenas vacaciones escolares de invierno en gran parte de Francia y busca aumentar la presión sobre los diputados, que tienen hasta el viernes para pronunciarse sobre la reforma.
“Los representantes electos no pueden permanecer indiferentes cuando hay tanta calle en la calle”, declaró el líder de la CGT, Philippe Martinez.
Su objetivo es que el gobierno retire su propuesta de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y de adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como ahora) para poder cobrar una pensión completa.
Una mayoría de franceses se opone. El 31 de enero se registró la mayor manifestación contra una reforma social en tres décadas (entre 1,27 y 2,8 millones de personas). Pero el presidente liberal Emmanuel Macron está decidido a continuar, al defender que su plan evitaría un futuro déficit en la caja de las pensiones y acercaría la edad de jubilación a la de sus vecinos europeos.
*Con información de AFP.