La policía israelí arrestó a más de 350 personas durante enfrentamientos en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén en una intervención que llevó al movimiento Hamás a pedir a los palestinos que acudan masivamente a ese lugar de culto para defenderlo.
Según la Comisión de Detenidos de Palestina, los capturados han sido trasladados al centro de detención de Atarot para la investigación, mientras que reportan decenas de heridos de diversa variedad.
Los enfrentamientos dentro de uno de los lugares más emblemáticos para los musulmanes coincidieron con la celebración del Ramadán musulmán y de la Pascua judía, en un ambiente especialmente tenso entre israelíes y palestinos desde principios de año.
Por su parte, la Media Luna Roja palestina ha informado de al menos siete heridos, dos de ellos han sido trasladados al hospital, al haber sido agredidos y alcanzados por balas de goma.
El Ministerio de Exteriores palestino ha condenado la “agresión de las fuerzas de ocupación en Al-Aqsa y ha advertido de sus repercusiones”, a través de un comunicado en sus redes sociales, con el que han “condenado enérgicamente” el asalto y “el lanzamiento de balas y bombas de gas venenosas contra los fieles”.
El movimiento islamista palestino Hamás, en el poder en la Franja de Gaza, denunció “un crimen sin precedentes” y llamó a los palestinos de Cisjordania ocupada “a acudir en masa a la mezquita de Al Aqsa para defenderla”.
Y es que en la noche del martes, 4 de abril, fuerzas de la Policía de Israel trataron de evacuar la mezquita de Al-Aqsa, en un momento en el que cientos de fieles se encontraban reunidos dentro como parte de la celebración del Ramadán musulmán, algo que ya ocurrió durante la pasada semana, también durante la celebración religiosa.
A partir de la media noche se iniciaron los altercados, con enfrentamientos en los que la Policía lanzó granadas aturdidoras, gases lacrimógenos y utilizó balas de goma, mientras que algunos de los palestinos se atrincheraron en una de las salas de la mezquita, respondiendo con el lanzamiento de palos, piedras y fuegos artificiales dirigidos hacia los agentes.
“Los dirigentes de ambas partes deben actuar de forma responsable y abstenerse de cualquier medida susceptible de exacerbar las tensiones”, afirmó en un comunicado el mediador de Naciones Unidas para Oriente Medio, Tor Wennesland, declarándose “consternado”.
“La violencia no tiene cabida en un lugar santo y durante un periodo santo”, señaló, en Twitter, la oficina estadounidense de Asuntos Palestinos. La calma volvió por la mañana al recinto, cuyas inmediaciones están fuertemente vigiladas por la policía israelí, que filtra las entradas.
La mezquita se encuentra en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del islam, en Jerusalén Este, el sector palestino de la Ciudad Santa ocupado y anexionado por Israel. La Explanada está construida sobre lo que los judíos llaman el Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo.
El ministro palestino de Asuntos Civiles, Husein Al Sheikh, declaró que “el nivel de brutalidad [de la policía israelí] exige una acción urgente palestina, árabe e internacional”, mientras que Jordania, que administra los lugares santos musulmanes de Jerusalén, condenó el “asalto” a la mezquita y pidió a las fuerzas israelíes que se retiren inmediatamente.
La Liga Árabe, que organizó una reunión extraordinaria, acusó a Israel, una “potencia ocupante”, de la situación y advirtió contra cualquier “provocación” que pueda herir “los sentimientos de los creyentes”.
Marruecos, que normalizó sus relaciones con Israel a finales de 2020, condenó “firmemente” la intervención de la policía israelí y llamó a “respetar el estatus jurídico, religioso e histórico” de Jerusalén y de los lugares santos, en un comunicado de su Ministerio de Exteriores.
Tras los enfrentamientos en Al Aqsa, se lanzaron varias salvas de cohetes desde el norte de la Franja de Gaza hacia territorio israelí, indicaron periodistas de AFP y testigos. En represalia, el ejército israelí llevó a cabo ataques aéreos contra lo que dijo que eran instalaciones militares de Hamás en ese territorio palestino sometido a bloqueo israelí.
La versión del Ejército va en línea con la facilitada por la Policía israelí, que ha subrayado tras los incidentes que había varias decenas de hombres jóvenes atrincherados en una de las salas de la mezquita desde primera hora de la noche, con la supuesta intención de cometer acciones violentas. Los agentes habrían intentado desalojarlos de forma pacífica antes de entrar en el edificio por la fuerza.
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, ha señalado que “este momento del año es importante para todo Israel, sin importar la religión de cada uno, y estamos decididos a superar todos los obstáculos para garantizar que son unas fiestas felices para todos los residentes del Estado de Israel”.
Con información de AFP y Europa Press*