A más de dos años desde que el mundo se enfrentó a una nueva pandemia, y cuyos primeros casos fueron detectados en China, el ‘gigante’ asiático se enfrenta nuevamente a una ‘racha’ de contagios. Las autoridades buscan mitigar su expansión con la política de ‘cero covid’, pero el país, cansado de los confinamientos, se mantiene al margen.
Este viernes 26 de noviembre, la nación contabilizó más de 36.000 nuevos casos de coronavirus, siendo un nuevo récord desde que se propagó el virus, según informó el sitio web oficial del Instituto Nacional de Salud. El reporte indica 3.474 infecciones con síntomas (de estas 69 importadas), mientras que la cifra restante es asintomática.
La situación se agudiza con la puesta en marcha de ‘cero covid’, una medida que algunos ciudadanos tachan como responsable en la tragedia por un incendio de esta semana. Las llamas, en un complejo residencial, se cobraron la vida de diez personas y dejaron heridas a nueve en la capital regional de Urumqi, de acuerdo con la agencia Xinhua.
Medidas, defendidas a “capa y espada”
En redes sociales empezaron a circular comentarios en los que se leía que las restricciones por el virus, y sus cuarentenas habían obstaculizado los esfuerzos de rescate. La frustración por lo que algunos asiáticos están tomando como el regreso de limitaciones, ha desatado una ola de ‘ira’ y protestas en zonas como Zhengzhou, la ‘ciudad iPhone’ del país.
Las autoridades, en la provincia de Xinjiang, negaron que se hubiese obstaculizado la extinción del incendio y se comprometieron a adelantar una investigación sobre lo ocurrido. Según indicaron, las primeras pesquisas concluyeron que no había puertas ni pisos cerrados con alambre u otro tipo de bloqueos. El encargado del operativo de rescate afirmó que los residentes no tuvieron “conciencia de autoprotección y rescate” ni tomaron decisiones “efectivas” para tratar de apagar el fuego o escapar.
Por su parte, el jefe de bomberos locales, Li Wensheng, dijo que el trabajo de su equipo tuvo tropiezos por “la falta de espacios de estacionamiento y un gran número de vehículos privados a ambos lados” de una calle que conducía a la construcción.
Xinjiang está bajo un confinamiento de más de tres meses que busca detener la propagación del virus, luego de que un nuevo rebrote saliera a la vista. Los controles sanitarios encerraron durante semanas a algunas localidades de Urumqi, una ciudad de cuatro millones de habitantes.
Protestas en la ‘ciudad iPhone’
Más de seis millones de personas en Zhengzhou, ciudad conocida por albergar la sede del mayor fabricante de celulares iPhone a nivel global, permanecen confinadas desde este viernes 25 de noviembre. ¿La razón? Trabajadores del complejo exigían una mejora en las condiciones laborales.
Las autoridades dispusieron que en ocho distritos, los habitantes no abandonen la zona (durante cinco días) y establecieron puntos de control para limitar los desplazamientos. AFP geolocalizó uno de los videos divulgados en redes sociales que muestra a una multitud en el este de la ciudad, algunos portando carteles; sin embargo, la agencia no logró precisar el día de la movilización a las afueras de la ciudad.
Decenas de empleados abandonaron la fábrica el jueves (tras recibir paga de unos 1.400 dólares) y, de acuerdo con videos publicados en las aplicaciones Kuaishou y Douyin, la empresa prohibió ir a trabajar a muchos empleados que se integraron recientemente. “Estamos haciendo cuarentena en un hotel, y no podemos ir al recinto de Foxconn de ninguna manera”, explicó un trabajador en condición de anonimato.
“No nos dejan empezar a trabajar y no podemos volver a casa, Zhengzhou está confinada”, dijo otro individuo a AFP en la ciudad de Ruzhou. Según su relato tanto en esa zona como en otras ciudades se adelantaron manifestaciones de chinos que, como él, no consiguieron incorporarse a su nuevo puesto por cuenta de la cuarentena.
*Con información de AFP y Europa Press.