Este martes el país de Europa Oriental inició la edificación de un vallado para la frontera con Bielorrusia. La principal razón de esta construcción es bloquear la llegada de migrantes ilegales debido a la crisis que se ha dado entre Varsovia y Minsk.

Ya empezaron las labores para la creación de una estructura arquitectónica que hará frente en Polonia. Se trata de una barrera metálica de cinco metros y medio de altura con 186 km de largo. El proyecto tendrá un costo de 353 millones de euros —más de 400 millones de dólares— y su entrega está prevista para mitad de año, es decir, junio.

La preocupación por parte de varios gremios, como defensores de los derechos humanos y activistas ecologistas, se hace latente. Algunos sostienen que los migrantes, que han sido víctimas del conflicto, no podrán realizar ningún trámite para su asilo; por otro lado, también se estima que dicha edificación puede generar efectos graves para el medio ambiente.

Por su parte, el gobierno polaco rechazó la propuesta de Bruselas de participación de la agencia europea de Frontex en la vigilancia de frontera. Como consecuencia, se votó una ley que permite expulsar a los migrantes ilegales sin esperar a que presenten su solicitud de asilo.

Anna Michalska, portavoz de la guardia fronteriza polaca, le dijo a AFP que se está trabajando en conjunto: “Tenemos la intención de reducir al máximo los daños”. Además, agregó que “la tala de árboles se limitará a lo mínimo indispensable. El muro se construirá a lo largo de la carretera fronteriza”, dando a conocer que únicamente se dará uso a las carreteras existentes.

La cantidad de migrantes que han intentado cruzar la frontera polaca es incontable. Procedentes de Oriente Medio, sobre todo del Kurdistán iraquí, Siria, Líbano y Afganistán, trataron de ingresar a la Unión Europea (UE). Con piedras en el camino, algunos lo lograron pero siguen deambulando de un lugar a otro.

Polonia y los países occidentales acusaron al régimen bielorruso de alentar, incluso orquestar y ayudar a este flujo de migrantes, prometiéndoles un acceso fácil a la UE.

En efecto, Alexander Lukashenko, mandatario de los bielorrusos, no aceptó esta acusaciones y cuestionó el trato ‘inhumano’ que Polonia está dando a los migrantes.

Por causa de la crisis, el país de Europa Oriental puso varias medidas para la frontera: una zona especial cerrada a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y la prensa, barreras con alambradas y envió a miles de soldados; estos últimos tenían la orden de expulsar a los migrantes al territorio bielorruso.

Los guardias fronterizos polacos se paran cerca del alambre de púas mientras los migrantes de Oriente Medio y otros lugares se reúnen en la frontera entre Bielorrusia y Polonia cerca de Grodno, Bielorrusia, el lunes 8 de noviembre de 2021. Foto AP / Leonid Shcheglov / BelTA. | Foto: AP

Estas medidas, y los fallecimientos por factores como el frío y hambre de migrantes en los bosques polacos, dieron cabida para que se diera un fuerte debate en Polonia entre los partidarios de la defensa de la frontera nacional y los defensores de los derechos humanos. En vista de que se han sobrepasado, reclaman que los migrantes tengan la opción de solicitar el trámite legal de asilo y, mientras este se encuentra en proceso de evaluación, no sean expulsados.

De acuerdo con datos suministrados este martes por la guardia fronteriza, se han registrado 17 entradas de forma ilegal en las últimas 24 horas en el país que tiene como capital a la ciudad de Varsovia.

A través de la red del pájaro azul, Twitter, se informó que un grupo de 14 personas; 11 iraníes, dos libaneses y un sirio, “cortaron la valla de alambrado y entraron en Polonia”. Por otro lado, también se dio a conocer que otro colectivo, que tenia tres sujetos provenientes de Ghana, país africano, fue detenido en uno de los sitios clave de la fronteriza.

*Con información de AFP