En días pasados, Rusia decidió dejar de enviar gas a Polonia, debido a que ese país no estaría pagando en rublos los precios de este combustible.
Pero según informó el medio español ABC, Polonia ya estaría nuevamente recibiendo gas por medio del gasoducto Kondratk, el cual es una extensión del Yamal. El diario también confirmó la cantidad recibida luego de haber estado sin suministro por más de una semana. “Concretamente, ayer llegaron (a Polonia) casi 187 millones kwh/d, confirmó el medio”.
La noticia contrasta con lo que planea la Unión Europea (UE) en este tema. La UE propuso bloquear en forma gradual la totalidad de sus importaciones de petróleo de Rusia, aunque la iniciativa fue recibida con cautela por varios países, en particular por parte de Hungría.
La titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, delineó ante el Parlamento Europeo, en Estrasburgo, el sexto paquete de sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania.
El nudo central del nuevo paquete presentado es la decisión explícita de aplicar un embargo gradual a las importaciones de petróleo de Rusia. “Vamos a renunciar progresivamente a las entregas rusas de petróleo en un período de seis meses y a las de productos derivados del crudo de aquí a finales de año”, dijo Von der Leyen.
La funcionaria admitió que la tarea “no será fácil”. “Algunos estados miembros de la UE dependen en gran medida del petróleo ruso. Pero tenemos que trabajar en esto”, agregó. La intención, añadió, es que la prohibición incluya a todo el petróleo ruso “transportado por mar y por oleoductos, crudo y refinado”.
El paquete debe ser aprobado por unanimidad de los Estados miembros para que pueda ser implementado, y de acuerdo con una fuente diplomática, la lista de personas y entidades a ser sancionadas podría sufrir modificaciones.
La suspensión de las importaciones europeas de petróleo ruso es un asunto de extraordinaria sensibilidad, ya que varios países del bloque son altamente dependientes del crudo proveniente de Rusia para mantener sus industrias funcionando. Por ello, Von der Leyen aseguró que el cese de las importaciones se hará “de manera que nos permita a nosotros y a nuestros socios asegurar rutas de suministro alternativas y minimizar el impacto en los mercados globales”.
Documentos internos confirman que la propuesta es adoptar una excepción hasta el fin de 2023 para Hungría y Eslovaquia, dos países que dependen casi totalmente del crudo ruso.
En Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, apuntó que las sanciones son “un arma de doble filo. Al tratar de hacernos daño, también tendrán que pagar un alto precio. Ya están pagando un alto precio. Y el costo de las sanciones para los ciudadanos de Europa crecerá día a día”.
La sensibilidad del tema rápidamente generó reacciones. En Budapest, el ministro húngaro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, señaló en un video que el proyecto de sanción “no puede ser apoyado responsablemente en su forma actual”. De acuerdo con Szijjarto, tal como fue propuesta, la iniciativa “destruiría totalmente la seguridad energética” del país.
Con información de AFP
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