Estados Unidos, en cabeza del secretario de Estado, Mike Pompeo, abogó en un comunicado conocido este jueves por un diálogo en Venezuela para formar un gobierno de transición que convoque a elecciones generales antes de fin de año, pero negó que eso suponga un cambio de política para superar la crisis desatada tras las reelección de Nicolás Maduro. Washington, que considera un fraude el segundo mandato de Maduro iniciado hace un año, no se ha opuesto a conversaciones pasadas. Pero ha sostenido firmemente que deberían empezar por discutir la salida de Maduro, un izquierdista alineado con Cuba y respaldado por Rusia y China. Ahora, casi un año después de reconocer como presidente interino de Venezuela al jefe parlamentario y líder opositor Juan Guaidó, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, mostró una mayor apertura a la diplomacia. El funcionario de la Casa Blanca se ha caracterizado por ser uno de los más interesados en resolver la actual crisis de Venezuela y presionar al régimen de Nicolás Maduro para que abandone el poder. En su comunicado, Pompeo se refirió a la urgencia de una transición de Gobierno para el país latinoamericano, a más tardar a finales de 2020. "Una rápida transición negociada a la democracia es la ruta más efectiva y sostenible hacia la paz y la prosperidad en Venezuela”, expresó.
La Oficina del Portavoz del Departamento de Estado, también emitió una hoja de ruta para ello. Algunos puntos mencionados son: el gobierno de transición debe supervisar las elecciones, que tienen que ser dirigidas por "autoridades electorales independientes" y "deben estar abiertas a todos los partidos y candidatos". Estados Unidos fue el primero en apoyar en enero de 2019 a Guaidó cuando, en su condición de jefe parlamentario, invocó facultades constitucionales y se declaró presidente encargado tras desconocer la legitimidad de Maduro. Más de 50 países respaldan actualmente al dirigente en su objetivo de encabezar un gobierno de transición y llamar a nuevos comicios. Pero a pesar de sus esfuerzos y del decidido apoyo de Estados Unidos, que ha impuesto sanciones económicas para forzar un cambio de régimen en Venezuela, Maduro sigue en el poder. El domingo pasado, Guaidó fue ratificado como jefe de la Asamblea Nacional en una votación que debió realizarse en la sede de un periódico al serle impedido el ingreso al Palacio Legislativo por fuerzas de seguridad leales a Maduro. Mientras, el legislador opositor Luis Parra apoyado por el partido oficialista, afirmaba haber ganado el cargo. El martes, Guaidó volvió a jurar como "presidente encargado". "La política de Estados Unidos hacia Venezuela se ha mantenido consistente", dijo a AFP un portavoz del Departamento de Estado.
"Las acciones de Maduro el 5 de enero demostraron sin lugar a dudas que es incapaz de supervisar elecciones libres y justas", agregó, en alusión al día en que las fuerzas de seguridad venezolanas impidieron a Guaidó ingresar al Parlamento, mientras se realizaba una sesión sin quórum en la que Parra se autoproclamó presidente del Parlamento. Noruega ha mediado conversaciones entre representantes de Maduro y Guaidó, pero las reuniones se interrumpieron en agosto. Maduro sostuvo luego discusiones con partidos marginales de oposición, que Guaidó y las potencias occidentales no consideraron lo suficientemente inclusivos para ser relevantes. *Con información de AFP