Las inundaciones y deslizamientos de tierra provocados por las fuertes lluvias que tuvieron lugar en el este de República Democrática del Congo dejaron casi 400 muertos, según un balance difundido en las últimas horas, que aún puede aumentar a medida que se encuentran nuevos cuerpos.
“Hemos hallado más de 390 cuerpos”, dijo a la AFP Thomas Bakenga, administrador de la región de Kalehe, donde se encuentran las localidades afectadas, a orillas del lago Kivu que está en la frontera con Ruanda.
Intensas lluvias azotan desde el pasado jueves 4 de mayo la región de Kalehe, en la provincia de Kivu del Sur, lo que provocó el desbordamiento de ríos y deslaves que arrasaron las aldeas de Bushushu y Nyamukubi.
El balance de muertos aumenta rápido. La víspera, Bakenga había anunciado que había al menos 203 fallecidos. “Desde el jueves encontramos cuerpos cada minuto y los enterramos”, añadió. En Nyamukubi, se derrumbó también la ladera de una colina, donde el jueves tuvo lugar el mercado semanal, explicó Bakenga.
“Parece el fin del mundo. Busco a mis padres y a mis hijos”, se lamentó entre lágrimas Gentille Ndagijimana, de 27 años, la joven perdió a sus dos niños, a sus dos hermanas y a sus padres. Su marido resultó herido y se encuentra en el hospital. “Ya no tengo familia y ya no tengo campo. Ahora tengo que buscar dónde dormir”, relató.
Al menos 132 cuerpos fueron encontrados en este pueblo, detalló el administrador regional. Otros 142 en Bushushu y 120 flotando en el lago Kivu, cerca de la isla de Idjwi. El gobierno central decretó el viernes un día de luto nacional para el lunes 8 de mayo.
República Democrática del Congo es uno de los países más grandes de África y uno de los más pobres del mundo, devastado por la corrupción y la violencia en las zonas del este.
Una tragedia nacional
Los damnificados carecen de todo. El gobierno provincial envió un barco lleno de alimentos, lonas y medicamentos. Pero el panorama sigue siendo desolador. Hay pueblos enteros sumergidos, casas destruidas y campos devastados.
Roger Bahavu, otro de los afectados en Nyamukubi, contó a la AFP que perdió a toda su familia. “Soy motorista. Había regresado del trabajo, estacioné mi moto en casa y salí a ver a mis amigos. Cuando regresé, mi casa, mi moto y los miembros de mi familia habían desaparecido”, relató.
Isaac Habamungu, un efectivo de la Cruz Roja local dijo que hay muchos cadáveres. “Estamos desbordados”, advirtió.
“Creemos que muchos cuerpos terminaron en el lago (...) Nos preguntamos cómo vamos a encargarnos”, añadió, explicando que no tienen bolsas para cadáveres ni financiamiento para sus actividades. La catástrofe se produjo dos días después de otras inundaciones que dejaron al menos 131 muertos y destruyeron miles de casas en la vecina Ruanda.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo el sábado en una visita a Burundi que el desastre es “una nueva muestra de la aceleración del cambio climático y de sus consecuencias dramáticas para países que no son responsables del calentamiento” del planeta.
Los expertos afirman que los fenómenos meteorológicos extremos se producen con mayor frecuencia e intensidad debido al cambio climático.
La violencia, otra tragedia en RD Congo
Al menos 13 civiles murieron el pasado 5 de mayo en un campo de desplazados en República Democrática del Congo, en una región donde persisten los combates esporádicos entre grupos armados y los rebeldes del M23.
“El balance es de 13 muertos y cinco heridos”, declaró a la AFP un responsable administrativo y un funcionario de la Cruz Roja lo confirmó. El ataque se produjo en el campo de Kisimba, a 4 km de Kitshanga, en el territorio de Rutshuru (provincia de Kivu del Norte).
El M23, por “Movimiento 23 de Marzo”, apoyado por Ruanda según expertos de la ONU, retomó las armas a finales de 2021 tras casi una década de letargo y el año pasado se apoderó de amplias franjas de territorio en esta provincia.
Desde diciembre, una fuerza regional de África oriental ha reconquistado algunos de sus bastiones, pero los rebeldes siguen presentes en la región, donde se enfrentan a grupos armados que se autodenominan “patriotas”.
La ofensiva del M23 ha provocado desplazamientos masivos de población, empeorando una situación humanitaria ya crítica en una región que lleva casi 30 años asolada por la violencia de múltiples grupos armados.
*Con información de la AFP y Europa Press.