El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas de España destruyeron más de seis millones (6.070.642) de dosis de vacunas contra la covid-19 porque ya habían caducado, según una respuesta por escrito del Gobierno al Grupo Parlamentario VOX en el Congreso de los Diputados a la que tuvo acceso Europa Press.
En concreto, de acuerdo con este documento fechado a 30 de enero de 2023, autoridades de ese país europeo llevaron a cabo la destrucción de 2.003.425 dosis de Moderna, 1.170.100 de AstraZeneca, 620.635 de Janssen y 2.276.482 de Pfizer/BioNtech.
Las cifras recogen tanto las llevadas a cabo por las comunidades autónomas como las realizadas por los almacenes del Ministerio de Sanidad. Según el Gobierno, en este momento en los almacenes temporales del Ministerio de Sanidad no hay dosis caducadas de estas vacunas.
A las más de seis millones de dosis destruidas habría que sumar 256.230 de Pfizer/BioNTech, que, a fecha de 15 de diciembre de 2022, se encontraban pendientes de destrucción tras caducar en noviembre.
El Ejecutivo recuerda que, de acuerdo con la normativa vigente, cualquier vacuna caducada “debe ser destruida como se haría con cualquier otro medicamento”. “El proceso de destrucción de las vacunas caducadas forma parte del desarrollo normal de gestión de productos farmacéuticos”, insisten.
Este proceso de destrucción lo hacen las entidades designadas por las consejerías de Sanidad para la gestión de las vacunas en cada comunidad autónoma.
En el caso de vacunas caducadas que no habían sido distribuidas y depositadas en los almacenes del Ministerio de Sanidad, su destrucción es realizada por el propio almacén adjudicatario, como un servicio más en la gestión de almacenaje de las vacunas.
¿Infección mejor que vacuna?
La población está tan bien protegida contra el covid-19 tras un contagio del coronavirus como cuando ha sido vacunada contra la enfermedad, concluye un estudio publicado este viernes, uno de los más extensos sobre el tema.
“Si bien una infección da una protección que disminuye con el tiempo, el nivel de esta (...) parece tan duradero, incluso más, que el conferido por la vacunación”, concluye este trabajo publicado en la revista The Lancet.
Esta comparación se basa en las vacunas de ARN mensajero de Pfizer/BioNTech y Moderna, que se encuentran entre las más eficaces contra el covid-19 y que son los puntales de las campañas de vacunación de muchos países occidentales.
El tema no es nuevo y muchos estudios ya han intentado comparar los riesgos de contraer el virus nuevamente, dependiendo de si uno está vacunado o si ya se infectó.
Pero el trabajo publicado en The Lancet es de una magnitud sin precedentes. Recopila unos sesenta estudios preexistentes, con un retroceso de varios años y tiene en cuenta la emergencia, a finales de 2021, de la variante ómicron.
Esta última demostró ser mucho más contagiosa que sus predecesoras y capaz de infectar a numerosas personas vacunadas, sin que por ello corran un alto riesgo de sufrir una forma grave de la enfermedad.
El estudio concluye que lo mismo ocurre en caso de infección anterior por coronavirus. La protección es más bien débil contra una reinfección con la variante ómicron, pero sólida contra una forma grave.
Estos resultados no significan que sea indiferente vacunarse o infectarse para adquirir una primera inmunidad. Es mucho más arriesgado enfermarse, sobre todo en el caso de las personas mayores.
Sin embargo, este estudio ofrece una visión más precisa de lo que se puede esperar del desarrollo de una inmunidad “híbrida” en la población, a medida que más y más individuos hayan sido vacunados y se hayan contagiado el virus al menos una vez.
Los resultados sugieren que las futuras olas de covid darán lugar a bajos niveles de hospitalización, concluye el estudio.
*Con información de AFP y Europa Press.