China anunció que no organizará la Copa de Asia 2023 de fútbol debido a las “circunstancias excepcionales provocadas por la pandemia del covid-19″, anunció este sábado la Confederación asiática (ACF).

El país, que vive en este momento un rebrote de coronavirus, ya anuló o postergó la organización de múltiples competiciones previstas en su territorio, especialmente los Juegos Asiáticos, previstos en septiembre en Hangzhou (este).

La Copa de Asia, que reúne a 24 equipos, iba a tener lugar en 10 ciudades durante los meses de junio y julio de 2023. De momento la ACF no precisó qué país sería el nuevo organizador.

China enfrenta su peor oleada de covid desde el inicio de la pandemia hace dos años. Con la esperanza de frenar los casos, el gobierno adoptó la estrategia “covid cero”, que implica confinamientos y cuarentenas en cuanto se detectan algunos casos.

Por esta razón están confinados los 25 millones de habitantes de Shanghái, en el este, desde abril.

Antes de la pandemia, China se había convertido en una potencia deportiva desde la década de los 2000, acogiendo el Gran Premio de Fórmula 1 en Shanghái, los Juegos Olímpicos de verano de 2008 en Pekín, varios campeonatos mundiales y torneos de tenis.

Pero a excepción de los Juegos Olímpicos y paralímpicos de invierno de 2022, organizados en los meses de febrero y marzo con estrictas medidas sanitarias, China no ha acogido otros eventos internacionales desde el inicio de la epidemia.

Las autoridades cancelaron las competiciones de atletismo de la Liga de Diamante previstas en Shanghái (30 de julio) y Shenzen (6 de agosto), el GP de Fórmula 1 de Shanghái y los torneos de tenis masculino (ATP) y femenino (WTA).

Largas filas en China para mercar por un posible estricto confinamiento por covid-19

El temor a un confinamiento estricto llevó a muchos habitantes de Pekín a hacer compras de emergencia, mientras se formaban grandes filas en el distrito central de la capital para realizar las pruebas masivas ordenadas por las autoridades chinas.

Al mismo tiempo, China intenta contener una ola de contagios en Shanghái, donde la casi totalidad de los 25 millones de habitantes lleva varias semanas de confinamiento.

Shanghái, hasta el momento, ha tenido dificultades en proveer alimentos frescos a las personas confinadas, mientras los pacientes reportan problemas para acceder a atención médica para otros males.

El principal distrito del centro de Pekín, Chaoyang, que tiene 3,5 millones de personas, ordenó efectuar pruebas masivas a sus habitantes y quienes trabajan en ese sector de la ciudad, donde operan varias empresas multinacionales y embajadas.

Entre tanto, las filas para hacerse la prueba de coronavirus rodearon los centros comerciales y edificios de oficinas. “Si detectan un solo caso, toda esta zona podría ser afectada”, indicó Yao Leiming, un ejecutivo de 25 años, mientras esperaba hacerse la prueba.

Las advertencias de un brote de covid en la ciudad generaron una corrida a los supermercados de Pekín en busca de productos esenciales. Numerosos productos en las aplicaciones de entrega de compras se agotaron después de que se anunció la orden de hacer pruebas.

Zhao, un poblador de Pekín, compró varias bolsas de provisiones, incluyendo huevos y legumbres, después de escuchar la orden de pruebas masivas. El hombre de 31 años dijo que quería estar seguro de que su niño pequeño tuviera suficientes alimentos si la familia recibía la orden de permanecer en casa.

“Los adultos pueden sobrevivir algunos días, pero no es igual para los niños”, comentó Zhao. Mientras que Wang, otra compradora en un supermercado, dijo temer que “las cosas se pongan como en Shanghái. La gente está ansiosa, todo el mundo está acaparando productos y nos da miedo de que las cosas se agoten”, afirmó la mujer de 48 años.

*Con información AFP.