El trágico hecho se dio luego que Víctor Lee Tucker Jr., de 30 años, se disgustara porque la cajera de un supermercado en Estados Unidos le indicara que debía hacer uso del tapabocas, lo que propició que este desenfundara un arma con la que mató a la empleada del lugar e hiriera a un guardia que se encontraba en la tienda como parte de un programa de asociación con la oficina del Sheriff, según explicaron las autoridades.

El tiroteo ocurrió sobre la 1.pm de este lunes dentro de un supermercado Big Bear en Decatur, Georgia, según reportaron las autoridades. Fue entonces cuando Tucker quien estaba saliendo del supermercado tuvo una discusión con la cajera sobre el uso del tapabocas, elemento indispensable para evitar contraer y propagar el coronavirus en medio de la emergencia sanitaria que vive el mundo y que por cierto, ha cobrado cerca de 600 mil vidas en el país norteamericano.

Según el relato de la policía, en una primera instancia Tucker salió de la tienda sin comprar ningún artículo; sin embargo, al poco tiempo regresó con la intención de atacar a la mujer.

“Tucker regresó y se dirigió directamente a la cajera, sacó una pistola y le disparó”, informó la Oficina de Investigaciones del Departamento de Policía de Georgia citada por The New York Times.

Luego de atacar a la mujer, empezó a dispararle al oficial, “que intentaba intervenir”, informó la oficina. En el cruce de disparos, el atacante también resultó herido.

La cajera, cuyo nombre no fue revelado, fue llevada al Grady Memorial Hospital en Atlanta, donde fue declarada su muerte. A este mismo centro hospitalario fue trasladado Tucker quien llegó en una condición estable luego de ser arrestado por agentes del Departamento de Policía del Condado de DeKalb “cuando intentaba huir por la puerta principal del supermercado”.

Por su parte, el oficial que intervino en el ataque, fue trasladado al Centro Médico de Atlanta y se encuentra en condición estable, dijeron las autoridades, esto, gracias a que este llevaba puesto un chaleco antibalas, elemento que, al parecer, “le salvó la vida”, dijo la alguacil Melody M. Maddox del condado de DeKalb en una conferencia de prensa.

De acuerdo a lo reseñado por el mismo medio, una segunda cajera fue “rozada por una bala” sin embargo no tuvo mayores complicaciones y fue tratada en el lugar por su lesión.

Infortunadamente este no es el único caso en el que se propicia una tragedia o situaciones violentas debido a las exigencias de algunos empleados a los clientes de diversos establecimientos de respetar las medidas de bioseguridad reseñadas por la OMS como necesarias para evitar que la covid-19 siga cobrando más vidas.

De hecho, un hombre de Iowa, uno de los cincuenta estados que forman los Estados Unidos de América, fue sentenciado a 10 años de prisión por agredir y escupir a otro hombre el año pasado en una pelea que se dio por cómo portaba su tapabocas.

El hombre agredido les dijo a las autoridades que el atacante lo había seguido fuera de la tienda en la que se encontraban y comenzó a agredirlo, dándole puñetazos en el ojo y varios rodillazos en la ingle. En un momento, el hombre ofendido por el tema de la mascarilla, le escupió, tosió y gritó: “¡Si yo lo tengo, lo tienes tú!”.

En Colombia también se han presentado casos similares, uno de ellos fue el protagonizado a finales del año pasado por un sacerdote que agredió a un grupo de personas que le reclamaron por no acatar esta medida obligatoria de bioseguridad en un almacén D1 ubicado en el municipio de Choachí, Cundinamarca.

Desde el inicio de la pandemia, las autoridades de todo el mundo adoptaron medidas de bioseguridad que buscan evitar el contagio y la propagación del coronavirus, entre ellas y las más importantes, el lavado constante de manos, mantener el distanciamiento social y el uso correcto del tapabocas (cubrir completamente nariz y boca).

Pese a esto, luego de que se levantaran algunas medidas en varios países y se reabrieran varios sectores del comercio, se ha evidenciado el aumento de personas que infringen estas normas de autocuidado y, sin ningún reparo, salen a las calles sin usar el tapabocas o lo utilizan de manera inadecuada, lo que incrementa el porcentaje de riesgo, tanto de contraer la enfermedad como de transmitirla.

Hay que recordar que muchas personas que han sido contagiadas no han presentado síntomas (asintomáticas), por lo cual son las más propensas a transmitir el virus sin que lo noten, y que pese al avance con las vacunas, es fundamental seguir con los cuidados para proteger a quienes aún no han recibido el biológico o a quienes presenten comorbilidades y por ende, tengan mayor riesgo de morir a causa de la enfermedad, que a la fecha ha cobrado cerca de 4 millones de vidas en el mundo.