Como medida para frenar el avance de la covid-19, tanto Río de Janeiro como São Paulo decidieron aplazar para el próximo mes de abril los carnavales que se iban a celebrar en febrero, informaron este viernes las autoridades.

“Las alcaldías de Río de Janeiro y São Paulo, orientadas por sus secretarios de Salud, decidieron aplazar la realización de los desfiles de las Escuelas de Samba” para finales de abril, “en respeto al actual cuadro de la pandemia en Brasil y la necesidad de preservar vidas”, informaron en un comunicado las autoridades de las dos mayores ciudades brasileñas.

La decisión de postergar los desfiles en el Sambódromo de Río, que atraen a turistas de todo Brasil y de otros países, así como los de São Paulo, fue anunciada tras una reunión virtual entre los alcaldes, sus secretarios de Salud y los representantes de las Escuelas de Samba de ambos estados.

En medio de un avance de la variante ómicron y tras las fiestas de fin de año, Brasil batió esta semana el récord diario de contagios, con 204.854 casos registrados en un solo día, y ya suma más de 622.000 personas fallecidas.

El carnaval callejero en ambas ciudades ya había sido cancelado a principios de mes debido a la situación sanitaria, y de momento no hay una nueva fecha prevista. Brasil ha vacunado a casi el 70 % de sus 213 millones de habitantes con dos dosis anticovid.

“El carnaval de calle de la forma que fue realizado hasta 2020 (...) no se realizará en 2022″, dijo el alcalde de Río, Eduardo Paes, en una transmisión en vivo por redes sociales, destacando las dificultades para controlar esta celebración en un momento de alza de contagios.

Paes hizo el anuncio tras una reunión con representantes de los cursos musicales (‘blocos’) que participan en el carnaval. Los desfiles de las diferentes escuelas de samba, que ocurren en un ambiente más controlado dentro del Sambódromo, de momento se mantienen para fines de febrero.

Es el segundo año consecutivo que la pandemia obliga a suspender el carnaval callejero de Río, una sucesión de fiestas al aire libre detrás de ‘blocos’ que recorren la ciudad arrastrando multitudes, previsto entre el 25 de febrero y el 1.° de marzo.

Brasil vive una ola de contagios que alcanzó el pasado martes 137.103 casos nuevos de covid, un récord en los datos oficiales desde el inicio de la pandemia, en medio del aumento de contagios impulsada por la variante ómicron y los resultados que dejan las fiestas de fin de año.

El récord anterior había sido el 23 de junio, cuando hubo 115.228 casos. El número de casos está en aumento vertiginoso desde enero, tras las fiestas de Navidad y Año Nuevo. El 31 de diciembre, el promedio móvil de casos diarios era de apenas 8.000, diez veces menos que actualmente (83.000).

Para la epidemióloga Ethel Maciel, de la Universidad Federal de Espirito Santo (UFES), “Brasil alcanzará el pico de la onda actual en febrero”.

“El ómicron no ha matado a nadie. La persona que murió en Goiás no falleció por ómicron (...) Él ya tenía problemas serísimos, especialmente en los pulmones”, dijo el mandatario de extrema derecha en una entrevista con el portal Gazeta Brasil, luego de la muerte de un paciente del estado de Goiás (centro-oeste), un hombre de 68 años, fallecido el pasado 6 de enero, quien se convirtió en el primer muerto oficialmente confirmado en Brasil por ómicron,

Aunque el aumento de casos todavía no se ha reflejado con la misma magnitud en las hospitalizaciones, para las autoridades brasileñas “la presión sobre los servicios de salud es muy grande y precisamos observar las próximas dos semanas. Serán cruciales”, advierte Maciel.

El número de muertos se encuentra lejos de los 3.000 fallecimientos diarios registrados a mediados de abril de 2021, cuando fue el peor momento de la pandemia en Brasil.

*Con Información de la AFP.