El Gobierno de China anunció este viernes que prohibió la construcción de edificios muy altos en ciudades pequeñas, en medio de una ofensiva contra proyectos de vanidad derrochadores por parte de las autoridades locales.

De acuerdo con la decisión, no se permitirá construir torres de apartamentos de más de 500 metros de altura, al tiempo que se restringirá levantar edificios de más de 250 metros de altura en todas las ciudades chinas con una población de más de tres millones personas.

Según la directriz oficial, en las ciudades menos pobladas no se podrán construir edificaciones de más de 250 metros, en tanto que se ordenó que los edificios de más de 150 metros de altura solo pueden construirse bajo estrictas restricciones.

La decisión también cobija a varios sectores especiales de las diferentes ciudades, ya que se prohibió la construcción de rascacielos en barrios históricos, lugares de interés y zonas de mucho tráfico.

Se determinó, igualmente, que en las edificaciones residenciales de más de 80 metros de altura o edificios públicos de más de 100 metros de altura deberán cumplir con las normas contraincendios, antes de recibir la autorización para permitir que se desarrollen los proyectos.

El Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano Rural de China advirtió que los funcionarios que aprueben la edificación de rascacielos infringiendo la nueva norma “tendrán que rendir cuentas de por vida”.

Según algunos analistas, lo que venía sucediendo en ese país es que en ciudades de baja densidad se construían edificios “para la vanidad” de los arquitectos y no para atender los requerimientos ni las necesidades de los usuarios.

El subdirector de la Facultad de Arquitectura y Planificación Urbana de la Universidad de Tongji, Zhang Shangwu aseguró que “estamos en una etapa en la que la gente está demasiado impetuosa y ansiosa por producir algo que realmente pueda pasar a la historia”.

“Cada edificio tiene como objetivo ser un hito, y los desarrolladores y planificadores de la ciudad intentan lograr este objetivo yendo al extremo en cuanto a novedad y extrañeza”, aseguró en entrevista con el diario South China Morning Post.

China impuso estrictas restricciones a la construcción de nuevos rascacielos en el país: prohibió la aprobación de edificios de más de 250 metros de altura y restringió aquellos de más de 150 metros en cualquier ciudad cuya población urbana sea inferior a 3 millones de habitantes.

ciudades como Shanghai (este), Cantón (sur) y Shenzhen (sur) tienen cada una un rascacielos que figura en la clasificación de los diez edificios más altos del mundo. Foto: AP / Andy Wong. | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved

Medidas anteriores

La reciente decisión del gobierno de China no causó sorpresa, pero si comentarios desde diferentes sectores, ya que el pasado mes de junio ya habían prohibido la construcción de edificios de más de 500 metros de altura y limitaron las torres de más de 250 metros.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, las edificaciones de más de 250 metros fueron limitadas “estrictamente”, al tiempo que se anunció una revisión rigurosa sobre si son necesarias y en relación con la necesidad de hacer mayores exigencias en las medidas contra incendios.

El Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano, señaló que en ese país se encuentran 44 de los 100 edificios más altos del mundo.

Por ejemplo, ciudades como Shanghai (este), Cantón (sur) y Shenzhen (sur) tienen cada una un rascacielos que figura en la clasificación de los diez edificios más altos del mundo.

La Torre Shanghai, cuenta con 632 metros y el Centro Financiero Ping An, de 599,1 metros, en Shenzhen.

Los expertos han advertido que, en algunos casos, los encargados de promover la adquisición de vivienda y oficinas han tenido dificultades para conseguir inquilinos o arrendatarios.

Es el caso de la Torre de Shanghai, cuya construcción terminó en 2016, que tiene la mitad de sus pisos permanecían vacíos en 2018, mientras que en 2020, su ocupación había mejorado hasta el 70%.

Uno de los argumentos para que estas edificaciones no sean ocupadas en su totalidad, es el tema de la seguridad. Se recordó que hace apenas dos meses, el SEG Plaza, un edificio de 356 metros con 71 pisos en la ciudad meridional de Shenzhen, sufrió unas sacudidas que provocaron su desalojo.

Ese rascacielos permanece cerrado mientras las autoridades tratan de resolver el motivo del temblor. Las investigaciones lograron determinar que la causa fue un mástil de más de 50 metros de altura en la parte superior del edificio que se movía con el viento.