El papa Francisco pospuso su visita al Líbano, inicialmente prevista para junio, por motivos de salud, anunció este lunes el ministro libanés de Turismo, Walid Nassar.
“Líbano ha recibido una carta del Vaticano en la que se le informa oficialmente de la decisión de aplazar la visita prevista del papa al Líbano”, dijo Nassar en un comunicado, alegando “motivos de salud por los que además se pospondrán las demás visitas al extranjero”.
Francisco, de 85 años, que padece de dolor de rodilla, como lo ha dado a conocer en medos de comunicación y en diferentes eventos, fue visto por primera vez en una silla de ruedas en un acto público la semana pasada en la sala Pablo VI del Vaticano.
El pasado martes, en una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera, contó que iba a someterse a “una infiltración” de rodilla para aliviar el dolor que padece y que lo ha obligado a cancelar varias reuniones.
“Tengo un ligamento roto, se me va a intervenir con infiltraciones y se verá. Estoy así, desde hace tiempo, no puedo caminar”, aseguró Francisco.
La infiltración de rodilla es un procedimiento que consiste en inyectar directamente en la articulación algunos medicamentos con efecto antiinflamatorio, analgésico o regenerativo.
El pontífice también sufre dolores de cadera que le hacen cojear, se sometió a una delicada operación de colon en julio de 2021 y, en su momento, también tuvo que utilizar una silla de ruedas.
Sin embargo, este mes, justo cuando inició su décimo año de pontificado, ha pedido disculpas en reiteradas ocasiones a los fieles que asisten a sus audiencias por dar la bendición “sentado”, debido a su condición.
Durante la audiencia general en la plaza de San Pedro, realizada el miércoles pasado, el papa estaba particularmente cansado y tuvieron que ayudarlo a caminar y a levantarse, así lo explicaron asistentes y medios locales.
La visita del papa a Líbano habría sido la tercera de un pontífice en funciones desde el final de la guerra civil en 1990.
Este país, que tiene una de las mayores comunidades cristianas de Oriente Medio, está sumido desde 2019 en una crisis económica y social sin precedentes, y más del 80 % de la población vive ya por debajo del umbral de pobreza de la Onu.
Francisco ha enviado mensajes de apoyo al Líbano en los últimos meses y ha indicado su intención de visitarlo en varias ocasiones.
Francisco dice que no se puede pensar en la universidad como una “fábrica de macrocéfalos”
De otra parte, el papa señaló que las políticas que apuestan por la “formación” de escuelas y universidades son “la mejor inversión para el futuro de un país” al tiempo que criticó el modelo de las universidades que se convierten en una “fábrica de macrocéfalos” de personas que “no saben qué hacer con sus manos o su corazón”.
“Es importante encontrar una armonía humana, no pensar en la universidad como una fábrica de macrocéfalos que no saben qué hacer con sus manos o su corazón”, indicó este lunes el pontífice en una audiencia con estudiantes y profesores de la Universidad de Macerata.
Francisco lamentó que “no siempre se toman decisiones coherentes”, respecto a la educación. Pero a su vez dejó claro que el “crecimiento humano de las personas no puede sino tener un reflejo positivo en la sociedad”.
Del mismo modo, aseguró que “la universidad es, o al menos debería ser”, el lugar de “apertura de la mente a los horizontes del conocimiento, a los horizontes de la vida, del mundo y de la historia”.
“Esta idea de la universidad no tiene nada que ver con la que nos dejó la Ilustración, que tenía que llenar la cabeza de cosas. Es toda la persona la que debe estar implicada allí, sus afectos y el modo de sentir, no solo de pensar y también el modo de actuar”, indicó.
El pontífice citó la labor de San John Henry Newman, que señaló que en el ambiente universitario el joven “se forma un hábito mental para toda la vida, cuyos atributos son la libertad, la equidad, la calma, la moderación y la sabiduría”. Precisamente, considera que “el fruto específico de la educación proporcionada por la universidad”.
“No basta con reunir a profesores y estudiantes de distintos orígenes. Tenemos que desarrollar una cultura del encuentro. Y la universidad es ciertamente un lugar privilegiado para hacerlo”, reflexionó.
*Con información de AFP y Europa Press.