Este lunes 19 de septiembre se lleva a cabo el funeral de Estado de la reina Isabel II, quien falleció por problemas de salud a sus 96 años el pasado 8 de este mes, luego de 70 años de reinado y 11 días de sentidos homenajes por la desaparición de una figura que cierra un capítulo de la historia británica y mundial.
Uno de los datos curiosos de la ceremonia, es que ni el príncipe Harry, ni el príncipe Andrés usaron uniforme, la razón, según informó CNN, es porque la única excepción que hubo, fue la vigilia de los cuatro hijos de la reina Isabel II, y por primera vez en la historia de Inglaterra, la vigilia de los nietos. Por lo que en este funeral de Estado no podían portar el uniforme militar, debido a que ya no son miembros que representan la corona británica.
Así las cosas, en una ceremonia privada posterior, en presencia únicamente de sus familiares más cercanos, la reina será enterrada a partir de las 7:30 p.m. (Hora local del Reino Unido) en el “Memorial Jorge VI”, una pequeña capilla anexa donde ya reposan sus padres y las cenizas de su hermana Margarita.
Los restos de su esposo, el príncipe Felipe, serán enterrados junto a ella, trasladándolos también desde la cripta, donde fueron descendidos tras su muerte en abril de 2021.
La semana pasada, William confesó al público que caminar detrás del féretro de su abuela le había traído recuerdos dolorosos del cortejo fúnebre de su madre, en 1997, cuando él tenía 15 años, y su hermano apenas 12.
A la entrada de la abadía, los hermanos, que en su día estaban tan unidos que podían terminar las frases del otro, estuvieron acompañados por sus esposas y por los dos hijos mayores de William y Kate, el príncipe George, de nueve años, y la princesa Charlotte, de siete, que ocupan el segundo y el tercer lugar, respectivamente, en la línea de sucesión a su abuelo.
Kate, recién nombrada princesa de Gales, al igual que Diana, la madre de William, lució un conjunto negro con un sombrero de ala ancha y su melena recogida en un moño. Meghan llevaba una capa y un vestido negros y un sombrero de ala ancha.
Los cuatro, que fueron vistos como el futuro de la monarquía hasta que se separaron, no hicieron contacto visual mientras avanzaban por el pasillo detrás del ataúd y se sentaron por separado. William y su familia se sentaron en un banco delantero junto a su padre y sus hermanos Ana, Andrés y Eduardo. Harry y Meghan, oficialmente duque y duquesa de Sussex, se sentaron en una segunda fila directamente detrás del rey y la reina consorte con su prima, la princesa Beatriz.
Se había especulado con la posibilidad de que Harry pudiera llevar su uniforme en el funeral después de que apareciera vestido con el uniforme del regimiento de caballería Blues and Royals en el que sirvió, en una vigilia junto al féretro de la reina el sábado por la noche, pero parece que eso fue un último gesto del rey hacia su hijo.
Harry sirvió en dos ocasiones con el ejército británico en Afganistán, pero los estrictos protocolos reservan la vestimenta militar a miembros activos y plenos de la realeza en ocasiones como el funeral. Esto lo dejó en una posición difícil desde que abandonó sus deberes reales para trasladarse a Norteamérica en 2020.
En una entrevista con la presentadora estadounidense Oprah Winfrey, Meghan dijo que un miembro no identificado de la Casa Real le había expresado inquietud por cuál sería el color de la piel de su hijo. También acusó a Kate de hacerla llorar, y a los ayudantes de palacio de no querer ayudarle cuando sintió tendencias suicidas.
Dos días después de la muerte de la reina, las esperanzas de la opinión pública de que se pusiera fin a la dañina ruptura surgieron también cuando las dos parejas aparecieron en un paseo improvisado fuera del castillo de Windsor. Sin embargo, fuentes han declarado al Daily Mail que hasta ahora no se había producido “ningún acercamiento significativo”.