“Un misterio se encuentra en el corazón de la recuperación económica: hay 10 millones de puestos de trabajo vacantes, pero más de 8,4 millones de desempleados todavía están buscando trabajo activamente”. Así comienza un análisis del diario The Washington Post del pasado fin de semana.

El prestigioso diario narra cómo “el mercado laboral parece, en cierto modo, en una situación de auge. Los dueños de negocios se quejan de que no pueden encontrar suficientes trabajadores, el pago aumenta rápidamente y los clientes son recibidos con letreros que dicen “tenga paciencia, tenemos poco personal” en muchas tiendas y restaurantes”.

La verdad es que el mercado laboral cambió muchísimo en ese país. Hace unos meses se hizo famosa la noticia de un McDonald’s en Florida que estaba dando 50 dólares por presentar una entrevista de trabajo. Aun así las personas no aplicaban a las vacantes. A pesar de la crisis económica de la pandemia, que dejó a millones sin empleo en el mundo, en Estados Unidos las cosas se viven distinto. Las renuncias están en el punto más alto de la historia. Las causas son variadas. Pero se pueden resumir en dos: la primera, el agotamiento y el deseo de cambio que dejó la pandemia. Y la segunda, los generosos incentivos por desempleo que se mantuvieron por meses.

Muchas empresas hoy tienen dificultades a la hora de mantener a sus empleados. En abril, casi 4 millones de estadounidenses renunciaron a sus puestos de trabajo, equivalente al 2,7 por ciento de toda la fuerza laboral del país. Y ahora el panorama parece muy incierto, con 9,3 millones de personas desempleadas, según el Departamento del Trabajo. Lo que más preocupa es la posibilidad de que esta ‘renunciatón’ se extienda a nivel global, más después de que, según estudios de Microsoft, el 40 por ciento de la población encuestada en todo el mundo piensa en cambiar de trabajo en el corto plazo.

A pesar de que cada motivo de renuncia es totalmente independiente e individual, hay algunas tendencias que muestran los alcances de este fenómeno. En primer lugar está que muchas personas estaban pensando en renunciar en 2020, pero con toda la incertidumbre de la pandemia y de los confinamientos, terminaron por aferrarse a sus puestos. “Entre 2015 y 2019, la cifra de renuncias en Estados Unidos creció año tras año, pero ese número se redujo mucho en 2020, lo que tiene sentido debido a la incertidumbre de la pandemia. Estas personas se quedaron en su empleo, aunque querían dejarlo”, dijo a la BBC Anthony Klotz, profesor de Texas A&M University.

Los anuncios de contratación en las calles de Estados Unidos se han vuelto cada vez más frecuentes. Foto: AFP | Foto: AFP or licensors

Ahora, con la reactivación económica dando pasos agigantados en Estados Unidos, mucha gente ve con escepticismo el regreso a la vida que tenían antes, y el avance de la vacunación promete que la presencialidad volverá antes de lo pensado.

En ese sentido, el segundo gran factor que se dice que estaría detrás de las renuncias es el agotamiento laboral. El cansancio hace más probable que las personas quieran irse. Cada vez son más quienes decidieron que la vida es mejor cuando se trabaja desde casa; y los que piensan que gracias a la pandemia lograron un equilibrio entre su familia y su trabajo.

A pesar de lo curioso que suene, Klotz dice que hay un tercer factor que ha influido en este aumento de las renuncias y son las llamadas ‘epifanías’ o ‘revelaciones’ laborales. Esto se explica porque con la llegada de la pandemia y los confinamientos estrictos, son muchas las personas que empezaron a reevaluar su vida y su trabajo, y al ver que no querían seguir en labores monótonas o mal pagas, decidieron renunciar y buscar un cambio después de un ascenso que no ocurrió, la renuncia o despido de algún amigo, o por simple cansancio y la búsqueda de un giro en sus vidas que también conduzca a un cambio en las carreras laborales.

Los incentivos de desempleo también son un gran causante y un factor para tener en cuenta, ya que en muchos trabajos que ofrecen las vacantes no se gana mucho más de lo que dan los incentivos que han puesto algunos estados. Esto hace que miles de puestos de trabajo estén abandonados al no poder ofrecer más que las ayudas que da el Gobierno, lo que hace que estos pequeños trabajos en restaurantes, sistemas de transporte o pequeñas empresas pierdan el atractivo de quienes reciben estos subsidios.

Los trabajos que más necesitan fuerza laboral son aquellos pequeños trabajos que en principio no parecen tan bien pagos. Foto: AFP | Foto: 2021 Getty Images

“Tienes un montón de gente con un montón de dinero y esas personas están ahí afuera, de compras, con ganas de gastar luego de haber estado bajo encierro por la pandemia. Y luego, por otro lado, estamos luchando por conseguir ayudantes”, dijo Casper, uno de los dueños de una franquicia de comidas en la Florida, que ha lanzado programas de contratación masiva con planes de referencia o la recepción de solicitudes de trabajo por mensaje de texto.

La solución que ha propuesto la gente es eliminar o reducir parte de los subsidios de desempleo o aumentar los salarios, que es lo que han tenido que hacer muchas de las empresas. Sin embargo, esto incrementa los gastos drásticamente y puede ser un remedio que termine siendo peor que la enfermedad. A pesar de esto, ante la necesidad de tener una mayor fuerza laboral para atender mercados en crecimiento, algunas franquicias de comida en estados específicos como la Florida ya han pasado de pagar de 12 a 13 dólares la hora, siendo este un salario tres dólares más alto que el salario mínimo establecido para el estado.

Los efectos de la pandemia y los subsidios por desempleo parecen ser algunos de los culpables por las renuncias masivas. Foto: AFP | Foto: Paul Hennessy/NurPhoto

La situación ya es una tendencia en los comercios pequeños o en las franquicias, pues el 42 por ciento de los dueños de estos negocios en el país aseguran que no logran cubrir todas sus búsquedas de personal, según se desprende de una encuesta de marzo pasado de la Federación Nacional de Empresas Independientes de Estados Unidos.

Aunque los subsidios de desempleo parecen ser uno de los culpables, expertos dicen que aunque tienen una influencia grande, no es la primera vez que los negocios en el país se ha enfrentado a circunstancias parecidas desde incluso antes de la pandemia. A pesar de la situación, Lauren Silberman, analista de Credit Suisse, le dijo a Insider que la mayoría de las personas aún quiere trabajar si tiene la oportunidad.

Por ahora, lo que termina siendo el panorama en los Estados Unidos es de mucha gente gastando su dinero, de vitrinas llenas y centros comerciales abarrotados, pero dentro de los negocios se vive desazón por la falta de empleados y por puestos que nadie quiere llenar. Las causas son muy variadas, con gente que sencillamente ya no quiere seguir en su trabajo, cansados de malos pagos y tratos, y subsidios que terminan siendo más rentables que conseguir trabajo. El desempleo sigue bajando con la reactivación, pero, asimismo, cientos de miles de pequeños trabajos siguen abandonados por la falta de personal, trabajos que han mostrado, con el pasar de los meses, que son necesarios para el buen funcionamiento de la economía.