Medios internacionales han recogido una historia surgida al interior del ambicioso programa espacial SpaceX, liderado por el multimillonario Elon Musk. Los trabajadores de este, al parecer, se encuentran seriamente preocupados por el avance de la empresa, que tiene como objetivo llegar a Marte, y por las trabas que para ello sugiere el mismo CEO o cabeza del proyecto.
Según información recabada por el medio The Verge, los empleados del proyecto SpaceX se han mostrado molestos por el comportamiento de su cabeza. Señalaron su comportamiento y dinámicas a través de las redes sociales, advirtiendo que ello ha representado una ‘distracción’, que a la vez genera vergüenza, significando un aparente descrédito.
El disgusto, molestia o incomodidad es un asunto que ha pasado de los pasillos a convertirse en algo más tangible. Según describe la publicación, esta ha comenzado a plasmarse en una carta abierta, cuyo borrador circula a través de un chat interno de la compañía, en la que pretenden hacer un llamado al orden, pidiendo al CEO poner los pies en la tierra, con el objetivo de poder seguir versando y avanzando en la diana de pisar Marte.
En la carta, los trabajadores advierten que el comportamiento de Musk, además de haberse convertido en un factor distractor que ha comenzado a incidir en su rendimiento laboral, también lo ha hecho por el avance del proyecto.
En ese sentido, el comunicado también advertirá que la situación está incidiendo en el clima laboral y en el ambiente reputacional de la compañía, lo que traduciría probablemente en un obstáculo para lograr reclutar nuevos talentos.
En un aparte revelado por la referida publicación, se muestra cómo en la carta se afirma que “el comportamiento de Elon en la esfera pública es una fuente frecuente de distracción y vergüenza para nosotros (los trabajadores), particularmente en las últimas semanas”.
De igual modo, el comunicado recoge en tanto Musk es el CEO del proyecto, que esto ha repercutido en que sea a su vez la cara de este, y que su comportamiento y declaraciones sean tomados como la posición de la compañía.
“Es fundamental dejar en claro a nuestros equipos y a nuestro potencial grupo de talentos que su mensaje no refleja nuestro trabajo, nuestra misión o nuestros valores”, escriben los trabajadores en el borrador de la carta que se ha conocido.
En ese mismo sentido, la comunicación referida atañe a la existencia de algo que denominan la política de “no gilipollas”, en su traducción al español, que refiere a las personas en cuestión como elementos al interior de las empresas que generan distracciones e interrupciones. Estas afectan el cabal desempeño de otros trabajadores, a la vez que generan ‘ambientes hostiles’ que llevan a que los trabajadores pierdan compromiso con la compañía.
La política en cuestión que prima en SpaceX también va a orientada a suprimir la imposición de ideas por la adopción de estas, basadas en procesos de debate argumentado de ellas, en algo que denominan “escuchar más, no hablar más fuerte”. Esta está complementada con directrices para la exposición colectiva de ideas, basada también en el atender y nutrir las ideas de otros.
No obstante, según lo evidenciado en la carta, para los trabajadores de SpaceX, dicha regla transversal está siendo violada desde su cabeza.
Pese a que la carta ha comenzado a circular en los chats, en pro de manifestar un descontento, al interior de la compañía existiría temor. Más allá de los lineamientos que pintan en buenas bases para la construcción de un gran proyecto, el empresario Musk tiene fama de haber despedido a personas que no compartían sus ideales o puntos de vista. Esta situación va en contravía con la filosofía que anunciaba iba a primar en Twitter, cuando él mismo anunció su intención de adquirirla.