En Colombia, el general Óscar Naranjo, exdirector de la Policía Nacional, es rutinariamente calificado como "el mejor policía del mundo". Sin embargo, en México, donde ha sido llamado por el presidente electo Enrique Peña Nieto para asesorarlo en temas de seguridad, su nombre despierta gran recelo en algunos sectores de la sociedad. Y no en cualquier sector. Según el profesor estadounidense George Grayson -experto en temas de México y coautor del libro All the Executioners men, sobre los Zetas- en el ejército están "furiosos" por el nombramiento de Naranjo.  "Primero, (Peña Nieto) nombra un extranjero y usted sabe que el nacionalismo sigue vivo. Segundo, es un extranjero que es cercano a Estados Unidos. Y tercero, él es un general, pero de la policía. Y para la lucha contra los carteles de las drogas hay que contar sobre todo con los militares".  Grayson indica que llegó a esta conclusión luego de conversaciones con personas de las fuerzas de seguridad y del propio ejército.  ¿Desconfianza? Pero hay más: algunos altos mandos del ejército ven el asesoramiento de Naranjo como una muestra de desconfianza por parte de los políticos.  Ese sentimiento lo expresó en su columna Fuerzas Armadas del periódico Milenio el veterano analista Javier Ibarrola, quien es reconocido en México como un termómetro confiable de lo que ocurre entre los militares:  "Por cierto, el dispuesto, designado y presentado general don Óscar Adolfo Naranjo Trujillo, general de la Policía colombiana, experto en administrar el negocio del narcotráfico para los Estados Unidos, general con cuatro estrellas, muy al estilo de los estadunidenses, en situación de retiro, en lugar de molestarnos, nos debería avergonzar, pudiera significar que hasta los corruptos políticos de nuestro sistema no confían ya en nosotros o, simplemente, ya no les somos útiles para sus fines. ¡Qué tristeza!".  José Luis Piñeiro, experto en temas militares y de seguridad nacional de la Universidad Autónoma Metropolitana, explica que el alto mando mexicano nunca refleja su inconformidad de manera directa. "Acostumbra oficiosamente a enviar señales a través de medios de comunicación".  Sin embargo, Eduardo Sánchez, portavoz del presidente electo de México, dice que no son conscientes de ningún malestar entre los altos mandos del ejército.  No sólo en el ejército Pero las dudas no se limitan a los sectores militares, ni a lo que podría percibirse como la derecha.  Poco después de que en junio de este año Peña Nieto anunciara que Naranjo sería su asesor en temas de seguridad en caso de ganar las elecciones, empezaron a salir artículos críticos en la prensa nacional. Un ejemplo destacado es el del diario La Jornada (de izquierda), que en su edición del sábado 30 de junio publicó un reportaje titulado "Las fábulas del general", cuyo primer párrafo dice: " El general colombiano Óscar Naranjo (Bogotá, 1956) es un fiasco; un ídolo con pies de barro que se ha fabricado una historia con base en mentiras y falsedades".  Igualmente crítico fue el artículo publicado en la revista Proceso (centro-izquierda) el 23 de julio y titulado "EPN (iniciales de Peña Nieto) y la corrupción que quiere importar", en el que aseguran poseer documentos de la DEA que supuestamente vinculan a Naranjo con actividades de narcotráfico de las AUC.   En su momento, el general Óscar Naranjo rechazó los señalamientos hechos por el medio mexicano. "No tengo nada que decir, he vivido en Colombia 36 años como policía. Si hay alguna institución o un oficial que haya capturado más narcos que yo, que me digan quién es. Mi vida está basada en resultados y por lo tanto no voy a dar explicaciones a esto".   También han manifestado públicamente su molestia los familiares de los cuatro estudiantes mexicanos que murieron en marzo de 2008 durante el bombardeo colombiano en Sucumbíos, Ecuador, al campamento de las FARC, en el que murió 'Raúl Reyes'.    La clave futura Asesores de Peña Nieto recalcan que Naranjo "va a desempeñar un papel externo y no tendrá vinculación alguna con el proceso de toma de decisiones por parte de las diferentes instancias gubernamentales mexicanas a cargo de la elaboración e implementación de una eventual nueva estrategia de seguridad (...) podrá emitir su opinión sobre la citada estrategia toda vez que así le sea requerida por la futura administración del país".  Aún así, el académico Javier Oliva, quien ha estudiado por años temas militares, indica que Naranjo tendrá acceso a información muy sensible que puede vulnerar la seguridad nacional de México.  Y falta un elemento más: varias fuentes consultadas indican que es un secreto a voces que en el actual gobierno se presentó una división entre civiles y militares debido a la desconfianza que algunos altos mandos le tienen al actual secretario (ministro) de Seguridad, Genaro García Luna, quien aparentemente es cercano a Naranjo.  Esto ha hecho, por ejemplo, que no haya suficiente coordinación e intercambio de inteligencia.  Se espera que, en el próximo gobierno, haya mayor acercamiento y coordinación entre civiles y militares. La pregunta es, ¿dificultará el nombramiento de Óscar Naranjo esa posibilidad?  Esta semana, el diario Reporte Índigo indicó que "hay quienes prevén un rechazo pasivo al general colombiano por parte de las fuerzas armadas mexicanas".  Hasta ahora, Óscar Naranjo ha manejado el tema con discreción, evitando hablar con los medios (incluido BBC Mundo, que le solicitó, a través de correo electrónico a un asesor, una entrevista). "Tiene mucho olfato político", asegura George Grayson.  Toda esa discreción y olfato le harán falta para sortear las complicadas aguas de la política mexicana y no pasar a convertirse de asesor en problema para el próximo presidente del país.  Voces a favor También ha habido voces a favor de Óscar Naranjo. El periódico Reporte Índigo publicó un artículo bastante elogioso del exjuez español Baltazar Garzón, quien dice: "he seguido la trayectoria de este excepcional profesional de la policía, uno de los mejores que he conocido en el ámbito de la inteligencia, la acción operativa y la coordinación policial en el combate frente al crimen organizado".  Y en una columna en el diario El Excelsior, Jorge Fernández Menéndez dice que no cree que la llegada de Naranjo "sea una mala idea, y tampoco es la solución a los problemas. Naranjo, por ejemplo, es un hombre cercanísimo a Genaro García Luna y las propuestas de Genaro son muy similares a las que presentará Naranjo".  "Tampoco creo que sea una forma de injerencia extranjera (¿qué fue entonces la asesoría, inútil por cierto, pero costosa: cuatro millones de dólares, de Rudolph Giuliani?) ni de una forma de desconfiar de nuestros militares y marinos".  Sin embargo agrega: "Pero de lo que no me cabe duda es que lo que pueda asesorar Naranjo será inútil, si no se toman las mismas medidas de fondo que le permitieron concluir con éxito su gestión en Colombia".