Esa reunión de los líderes del G-20 en el palacio de la reina es más conocida porque ese día de abril de 2009 Michelle Obama rompió la regla del protocolo según la cual a los miembros de la realeza no se les toca.

La esposa de Barack Obama, conocida por ser muy dada al contacto físico con la gente, no se inhibió y le pasó el brazo a la reina Isabel, anfitriona ese día de los grandes líderes del planeta que se reunían en Londres.

Michelle Obama rompió el protocolo con este abrazo, pero la reina le correspondió. | Foto: AP2009

A la reina, que no solía ser tan quisquillosa si alguien no se apegaba estrictamente a las reglas, eso no le molestó y hasta ella también le correspondió el gesto a la primera dama.

Lo que sí no le gustó mucho a la fallecida monarca del Reino Unido ese mismo día fue la conducta de Silvio Berlusconi, el entonces primer ministro italiano.

Semanas después del incidente en el Palacio de Buckingham, Verónica Lario, esposa de Berlusconi, escandalizaba a Italia con el anuncio de su divorcio. | Foto: AFP or licensors

Como era de esperarse, hubo una sesión de fotos en la que posó la plana mayor del poder rodeando a su majestad entre los muros del Salón del Trono.

Fue una fotografía realmente histórica, que incluyó a Barack Obama, quien se acababa de estrenar como el primer presidente afrodescendiente de Estados Unidos; Nicolás Sarkozy, presidente de Francia; Angela Merkel, canciller de Alemania; José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno de España; Dmitri Medvédev, presidente de Rusia, y Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia, entre otros.

En la cumbre de líderes del G20 en Londres, en 2009, los países se pusieron de acuerdo para tomar medidas en contra de las jurisdicciones que no cooperen en compartir información, como los paraísos fiscales.

Terminadas de tomar las fotografías, los líderes aplaudieron y retomaron la charla que habían interrumpido, cuando de pronto, una voz resonó en medio de aquel ambiente de cordialidad, pero sin estridencias.

Berlusconi murió a los 86 años. | Foto: Restringido

“¡Señor Obama! ¡Soy Berlusconi!”, se le oyó decir al premier italiano.

La reina, conocida como una de las mejores diplomáticas del mundo, no pudo evitar mostrar su molestia ante el alto tono de voz que usó Berlusconi para dirigirse al mandatario gringo.

La reina, conocida como una de las mejores diplomáticas del mundo, no pudo evitar mostrar su molestia ante el alto tono de voz que usó Berlusconi para dirigirse al mandatario gringo. REUTERS/Olivia Harris/File Photo | Foto: REUTERS

De ello quedó un video en que se nota cómo Isabel mira asombrada por el volumen de la voz. Luego se gira para ver de dónde salió el ruido y hace un comentario levantando las manos, enguantadas como siempre.

“¿Por qué tienen que gritar?”, le dijo la malhumorada monarca al italiano, lo que desató las risas entre los demás asistentes.

Aunque, en principio, los encargados de prensa tanto del palacio como de Berlusconi trataron de minimizar el incidente, se desató una polémica.

Un vocero del Palacio de Buckingham no quiso repetir lo que Isabel dijo y aseguró que “ninguna de las dos partes se lo tomó a mal”.

Por último, recalcó que la sesión de fotos había transcurrido en medio de un ambiente divertido y distendido.

El millonario fue el hombre más influyente de Italia desde la Segunda Guerra Mundial. | Foto: Restringido

Al día siguiente, sin embargo, los diarios italianos amanecieron llenos de críticas hacia Berlusconi por hacer alarmar a la reina con su voz alta.

Según dijo la agencia Reuters, “la prensa se cebó con él”. La Stampa, de Turín, publicó una caricatura en la que decía que Berlusconi tenía “una habilidad sin rival para parecer un tonto”, algo que “nosotros en Italia llamamos carisma”.

Il Giornale, de Milán, fue más benévolo, lo que para muchos se debió a que es propiedad de Paolo, el hermano del primer ministro. La publicación dijo que él solo había tratado de relajar el ambiente.

En ese momento, Berlusconi estaba en su mejor momento, pues contaba con altos índices de popularidad, pero fuera del país se ganó cierta antipatía, por desatinos como decir que Obama estaba muy “bronceado”, refiriéndose a su color de piel. Por esos días, sus representantes salieron a desmentir esa versión.