Un particular hecho tuvo lugar el pasado fin de semana en la localidad chilena de Valparaíso, donde un cliente de un bar, que se encontraba en avanzado estado de alicoramiento, decidió tomar una siesta en uno de los baños del lugar, hecho que no fue advertido por los trabajadores ni el propietario del negocio a la hora de cerrarlo, quedando el individuo encerrado en el establecimiento.
Según comentó con buen humor el propietario del negocio, el borracho se despertó a mediodía del día siguiente, totalmente desconcertado, pues no sabía en dónde se encontraba, y ante la imposibilidad de salir del negocio, decidió aprovechar algunos de los tragos que había en el lugar para seguir bebiendo algunas copas más, o quizá también para responder a su resaca.
Dado que también despertó con hambre, el cliente aprovechó la existencia de algunos alimentos en una de las neveras para poder calmar sus necesidades, mientras lograba ser auxiliado por las autoridades a las que decidió dar parte para buscar salir del establecimiento.
Según relató Rodrigo González, dueño del establecimiento conocido como Bar Proa en Valparaíso, a medios locales, fueron los carabineros o Policía local quienes le llamaron, la tarde del pasado domingo, para dar cuenta de la citación, solicitándolo que acudiera al bar a rescatar a su cliente.
“Un pirata que se nos escurrió”, advirtió el comerciante al relatar lo sucedido a medios locales, apuntando que los trabajadores sí se habían percatado de la presencia de algunas pertenencias de uno de sus clientes abandonadas en una mesa, pero nunca se imaginaron que el dueño de estas, en vez de haber huido sin pagar la cuenta, se encontraba ‘roncando’ sentado en un inodoro.
El dueño del bar comentó que entre risas, acudió al lugar, y al abrir la puerta, se encontró con su enguayabado cliente sentado en la barra esperando para ser rescatado y para explicar las razones y circunstancias por la que se hallaba dentro del bar.
Según recogen medios locales, los trabajadores del bar no se habían percatado de la presencia del individuo en uno de los baños, pues este había entrado a un inodoro dispuesto en el segundo piso, en momentos en los que ese lugar ya había sido cerrado y revisado por los dependientes.
El cliente despertó en el baño pasadas las horas del mediodía del pasado domingo, protagonizando un inusual hecho que ahora se viraliza en Chile como una anécdota de bar.
Según precisan medios chilenos, afortunadamente tanto cliente como propietario del bar se tomaron lo ocurrido con humor, advirtiendo que el hecho tenía todo el potencial para haberse convertido en un malentendido que derivara en una acusación de intento de robo, en tanto era injustificable que el hombre fuera hallado en ese lugar.
Tras aclarar la situación y pagar lo consumido, aunque no el hospedaje, el cliente reclamó sus pertenencias y se despidió del dueño del bar, quien ahora advierte que extremará las revisiones de su establecimiento antes de cerrarlo.
El pasado mes de octubre, autoridades de Estados Unidos, más precisamente del estado de California, reportaron la detención de un hombre que se encontraba transitando bajo estado de alicoramiento por una de las carreteras estatales, infringiendo las normas de tránsito; no obstante, el hombre no se encontraba al volante de un vehículo, sino a la rienda de un caballo.
Como si se tratara de una película de western, el hecho estuvo marcado por una persecución previa a toda velocidad, en la que el particular ‘conductor’ mostró sus dotes al galope; no obstante, terminó aprehendido por las autoridades, quienes advirtieron que, según las leyes estatales, cualquier persona que transite montando un animal por las vías de California, está sujeto a todos los deberes aplicables al conductor de un vehículo, incluido el no ‘conducir’ en estado de embriaguez.
Al jinete también se le habría practicado la respectiva prueba de alcoholemia.
Aunque no pudo ser enviado a ‘los patios’ el caballo si fue ‘inmovilizado’ por las autoridades.