La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) anunció este miércoles que destituyó a ocho miembros de la misión rusa por, presuntamente, estar vinculados con situaciones de espionaje.
“Retiramos la acreditación a ocho miembros de la misión rusa en la OTAN, que eran oficiales no declarados de los servicios de inteligencia rusos”, explicó el organismo en un breve comunicado enviado a los medios y que fue difundido por las agencias de noticias internacionales.
De esta manera, la OTAN reduce de 20 a 10 el número de diplomáticos que Rusia puede acreditar en la sede de la alianza militar. Sin embargo, la expulsión no será inmediata, antes debe pasar el filtro de Bélgica, que es quien debe ejecutarla. Con todo, la medida no se hará efectiva hasta finales de octubre.
Un dirigente del bloque dijo a la agencia de noticias AFP que retiraron la acreditación a ocho miembros de la misión rusa en la OTAN, que eran oficiales no declarados de los servicios de inteligencia rusos.
“La política de la OTAN respecto a Rusia continúa siendo coherente. Reforzamos nuestra disuasión y defensa en respuesta a las acciones agresivas de Rusia, a pesar de mantenernos abiertos a un diálogo constructivo”, destacó el dirigente.
Durante una conferencia de prensa en Washington, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, reconoció que las relaciones entre ellos y Rusia no están bien. “Creo que debemos darnos cuenta de que la relación entre la familia transatlántica y Rusia está en su punto más bajo desde el final de la Guerra Fría”, agregó.
Con este mismo país ya se había presentado un antecedente. La OTAN había decidido en marzo de 2018 retirar las acreditaciones a siete miembros de la misión rusa y los expulsó de Bélgica, además de rechazar tres solicitudes de acreditación suplementarias tras el envenenamiento en Reino Unido de Serguéi Skripal, un exagente ruso, y de su hija.
La relación entre Rusia y los países de Occidente se ha deteriorado en los últimos años por una serie de hechos que han tensionado la diplomacia con los rusos, y que van desde la anexión de Crimea por parte de Moscú en 2014, la presunta intromisión en las elecciones de Estados Unidos en 2016 y el envenenamiento del agente ruso Sergei Skripal y su hija con un agente nervioso en 2018.
Ante esta decisión, las autoridades rusas reaccionaron unas horas después. Leonid Slutski, jefe del comité de asuntos internacionales de la Duma, declaró en un comunicado que Rusia responderá de la mejor manera. “No dudo que el titular del Ministerio de Exteriores ruso propondrá unas adecuadas medidas de respuesta, no obligatoriamente simétricas”, afirmó.
Slutski acusó al “occidente colectivo” de mantener la confrontación y el “antagonismo diplomático” con Rusia. Moscú también denuncia a la Alianza Atlántica de expandir su infraestructura militar cada vez más cerca de sus fronteras.
El diario ABC de España publicó en un artículo que desde la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014, las relaciones entre Rusia y la OTAN están prácticamente congeladas, aunque los funcionarios aliados insistieron ayer mismo que incluso a pesar de estas expulsiones, la Alianza Atlántica sigue abierta a dialogar con Moscú. Desde comienzos del año pasado está pendiente una invitación aliada para una reunión del Consejo OTAN-Rusia, a la espera de una respuesta por parte de Moscú.
Las relaciones de Rusia con la OTAN están plagadas de altibajos, han pasado de invitar al presidente Vladímir Putin a una de sus cumbres a una incomunicación absoluta como sucede en la actualidad. Entre otras razones del distanciamiento tiene que ver con la decisión del régimen turco de comprar material antiaéreo ruso en lugar de optar por tecnología occidental, lo que otros aliados consideran que es incompatible con los estándares tecnológicos y de seguridad que los miembros de la OTAN comparten.