“Obviamente, no queremos que se produzca violencia ni conflicto” entre las partes, declaró a periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, en medio de una escalada de tensiones por el Esequibo, territorio objeto de una centenaria disputa entre los dos países.
Guyana advirtió que sus Fuerzas Armadas están “alerta” y en contacto con “socios” como Estados Unidos, aunque este miércoles su ministro de Relaciones Exteriores, Hugh Todd, y su homólogo venezolano, Yván Gil, acordaron mantener “canales de comunicación” abiertos.
El martes, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció que la petrolera estatal venezolana PDVSA emitirá licencias para la explotación de petróleo, gas y minerales en esta región de 160.000 km² y que creó una nueva zona militar a unos 100 km de la frontera.
“Es preocupante, seguimos esto muy de cerca”, afirmó Kirby, quien reiteró que Washington está “en contacto” con todos sus aliados. A una pregunta sobre esta pugna, la portavoz de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre no quiso entrar en detalles, pero afirmó que “obviamente el presidente (Joe Biden) está al tanto de lo que está pasando”.
El pasado domingo, Venezuela llevó a cabo un referendo consultivo, marcando un hito significativo en la persistente disputa territorial en torno al Esequibo. Los resultados revelaron que más del 95 % de los votantes respaldaron la propuesta de crear una provincia venezolana en el Esequibo, junto con la concesión de la nacionalidad a los aproximadamente 125.000 habitantes de la región, actualmente administrada por Georgetown.
La decisión adoptada en el referendo refleja la firme postura de Venezuela al considerar el Esequibo como parte integral de su territorio, remontándose incluso a 1777, cuando la región era una colonia de España. El argumento venezolano se sustenta, además, en el Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966 antes de la independencia de Guyana del Reino Unido. Este acuerdo no solo sentó las bases para una solución negociada, sino que también anuló el laudo de 1899, que había establecido los límites territoriales actuales.
La referencia histórica a la época colonial y el respaldo al acuerdo de Ginebra forman parte fundamental de la narrativa venezolana en esta controversia territorial. Al apelar a estos elementos, Venezuela busca reafirmar su posición de que la situación actual del Esequibo está regida por acuerdos y principios que preceden la independencia de Guyana.
Guyana defiende ese laudo y pide que sea ratificado por la Corte Internacional de Justicia (CIJ), cuya jurisdicción no reconoce Caracas. “La decisión arbitral debe ser respetada”, recalcó Kirby.
La semana pasada, el portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos, John Kirby, reiteró la posición de Washington en relación con la disputa territorial entre Venezuela y Guyana. En declaraciones públicas, Kirby enfatizó sobre el respaldo estadounidense a una “resolución pacífica de la disputa” y subrayó la importancia de respetar el laudo arbitral de 1899. Según Kirby, este laudo debe ser respetado al menos hasta que las partes involucradas lleguen a un nuevo acuerdo o hasta que un órgano jurídico competente tome una decisión contraria.
La disputa territorial entre Venezuela y Guyana ha alcanzado un nivel de intensidad notable, especialmente desde el descubrimiento en 2015 de vastos yacimientos petroleros en las aguas del Esequibo. Este hallazgo ha situado a Guyana en una posición única, ya que posee ahora las mayores reservas per cápita de petróleo en el mundo. Este recurso estratégico ha intensificado la rivalidad entre ambas naciones, generando tensiones que han llevado a un renovado interés y escrutinio de la comunidad internacional.
La presencia de considerables reservas de petróleo en la región ha agudizado las disputas territoriales, convirtiéndose en un factor crucial en la dinámica geopolítica de la zona. Esta situación ha suscitado la necesidad de un enfoque diplomático y legal para abordar las reclamaciones en conflicto y encontrar una solución equitativa y sostenible.
*Con información de la AFP.