Las fuerzas rusas lanzaron este 3 de mayo un “potente ataque” contra la acería de Azovstal, último reducto de resistencia ucraniana en la devastada ciudad de Mariúpol (sudeste), tras un alto el fuego que permitió la evacuación de un centenar de civiles.
“Un potente ataque en el área de Azovstal se está llevando a cabo actualmente, con apoyo de blindados y tanques”, indicó Sviatoslav Palamar, subcomandante del batallón Azov, que defiende las instalaciones, en un mensaje video en Telegram.
Previamente, el Ministerio ruso de Defensa, citado por agencias rusas, había anunciado que “unidades del ejército ruso y de la República Popular de Donetsk, utilizando artillería y aviones, comenzaron a destruir” las “posiciones de tiro” de los combatientes ucranianos que salieron de la planta.
La “República Popular de Donetsk” es uno de los dos enclaves separatistas prorrusos de la región ucraniana del Donbás.
Según el portavoz de las fuerzas armadas rusas, el batallón Azov “usó” el alto el fuego -que se había decretado para evacuar a los civiles de la acería- para “tomar posiciones de tiro en el territorio y en los edificios de la fábrica”. El alto el fuego, anunciado el lunes, permitió evacuar, con el respaldo de la ONU y la Cruz Roja, a “101 civiles” del complejo metalúrgico, indicó Osnat Lubrani, coordinadora humanitaria de Naciones Unidas para Ucrania.
Una de las evacuadas, Anna Zaitseva, que llegó finalmente a la ciudad de Zaporiyia, controlada por las fuerzas de Ucrania, con su bebé de seis meses en brazos, expresó a la AFP su agradecimiento.
“Estamos muy agradecidos a todos los que nos han ayudado. Hubo un momento en que perdimos la esperanza, pensamos que todo el mundo se había olvidado de nosotros”, explicó.
Por su parte el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo en un discurso en video que “seguiremos haciendo todo lo posible para sacar a toda nuestra gente de Mariúpol, de Azovstal”. “Es difícil, pero los necesitamos a todos, a todos los que permanecen allí, civiles y militares”, añadió.
¿Habrá referéndum?
En el resto del país, “el enemigo ha seguido disparando contra Járkov”, la segunda ciudad de Ucrania, después de la capital, Kiev, y contra “localidades vecinas”, indicó el Estado Mayor del ejército ucraniano. Más al sur, cerca de Izium, los rusos bombardearon “intensamente” las posiciones ucranianas y en el Donbás intentan “tomar pleno control de las localidades de Popasna y Rubizhne y avanzar hacia Limán y Sloviansk”, agregó el reporte.
En el este, los ataques rusos dejaron el martes a 21 civiles e hirieron a 27, dijo el gobernador de la región de Donetsk, la cifra más alta de muertes diarias en casi un mes. En el suroeste, la ciudad portuaria de Odesa, a orillas del mar Negro, volvió a sufrir el impacto de misiles rusos que causaron la muerte de un adolescente de 15 años, según el presidente Volodimir Zelenski.
Además de su avance en el Donbás, los rusos se han hecho con importantes franjas del sur de Ucrania, como la ciudad de Jersón, a 130 km de Odesa y muy cerca de la península de Crimea anexionada por Moscú en 2014.
En un pueblo de esa zona, Novofontanka, la Fiscalía general de Ucrania anunció una investigación por posibles “torturas y asesinatos” tras el hallazgo de dos cadáveres en una fosa, uno de ellos con las piernas atadas.
En Leópolis (oeste), un ataque con cohetes dejó sin electricidad a parte de esta ciudad cercana a Polonia que se ha convertido en refugio para los civiles debido a su calma relativa, dijo el alcalde Andriy Sadoviy en Twitter.
Después de más de dos meses de guerra, los países occidentales y Ucrania temen que Rusia aproveche la conmemoración de la victoria sobre la Alemania nazi el 9 de mayo para mostrar avances en su ofensiva militar contra su vecino.
El ministro de Defensa ucraniano apuntó a un posible intento de integración en Rusia de las autoproclamadas repúblicas prorrusas de Donetsk y Lugansk, reconocidas por Putin antes de la guerra.
El embajador de Estados Unidos ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Michael Carpenter, señaló el riesgo de que esta anexión se concrete a través de sendos referendos a mediados de mayo, una estrategia que recuerda a lo ocurrido en Crimea en 2014.
“Esta información es muy creíble”, indicó el diplomático, señalando que Moscú tiene planes similares para Jersón, donde ya ha impuesto su moneda, el rublo.
“Estos simulacros de referéndums, votos orquestados, no se considerarán legítimos, y tampoco cualquier intento de anexionar otros territorios ucranianos”, agregó.
*Con información de Europa Press y AFP
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