Una sección de la falla del terremoto de Turquía de febrero sigue intacta y bloqueada, señal de que las placas allí pueden, cuando la fricción se intensifique, generar otro sismo similar al ceder.
Esa es la conclusión principal de un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Southern California (USC), que se acaba de publicar en la revista Seismica y que predice dónde puede ocurrir otro nuevo terremoto devastador.
Usando sensores remotos, el geofísico de la USC Sylvain Barbot y sus colegas investigadores documentaron el terremoto masivo del 6 de febrero que mató a más de 50.000 personas en el este de Turquía y derribó más de 100.000 edificios.
“Sabemos un poco mejor para qué prepararnos. No sabemos el momento, pero sabemos dónde puede suceder”, dijo Barbot en un comunicado.
Los grandes terremotos son causados por el deslizamiento de las placas tectónicas. Las placas, piezas de la corteza terrestre que se mueven lentamente, se presionan entre sí, acumulando fuerza gradualmente a lo largo de décadas, siglos y eones. Cuando las placas finalmente se deslizan, la energía explota en ondas viajeras a través de la corteza terrestre.
El sismo principal de Kahramanmaras, Turquía, de magnitud 7,8 ocurrió el 6 de febrero, seguido de una réplica de magnitud 7,6 en una falla separada más al oeste. Otro terremoto ocurrió dos semanas después, una magnitud de 6,4 el 20 de febrero. Un trazado de datos muestra la actividad sísmica y la cantidad de deslizamiento a lo largo de las fallas.
El área debajo del distrito de Pütürge de Turquía muestra un enjambre de actividad sísmica a lo largo de la falla, pero sin deslizamiento. Eso significa que parte de la falla está bloqueada o atascada, pero es probable que se deslice en algún momento, en cualquier momento, en el futuro.
“Lo que hemos visto en las fotos de los edificios que se derrumbaron es que algunos de ellos eran panqueques, pero otros estaban literalmente pulverizados”, dijo Barbot.
“Eso significa otro grado de falla; incluso el concreto mismo se desintegró. Existe la posibilidad de que este terremoto haya producido más temblores de los previstos en los códigos de construcción. No lo sabremos sin más investigación”, agregó Barbot.
“Entonces, tenemos esta región donde podemos esperar un terremoto de magnitud 6,8 y pueden pasar dos cosas desde aquí. La población necesita estar preparada para eso. Pero también la comunidad científica porque eso nos da la oportunidad de preparar un experimento de monitoreo para ver cómo comienza y termina un terremoto”.
¿Por qué ha temblado tanto en Turquía durante este año?
Al menos dos nuevos terremotos se produjeron este lunes en la provincia turca de Hatay (suroeste) y en el norte de Siria, las réplicas más fuertes hasta ahora desde el devastador sismo del 6 de febrero que dejó más de 45.000 muertos en ambos países.
La agencia turca de emergencias Afad registró al menos dos réplicas más de magnitud 5,2 que tuvieron lugar el lunes por la noche.
En este mismo sentido, el ingeniero geofísico, el doctor Övgün Ahmet Ercan, dijo que se trata de “réplicas a lo largo de la falla de Anatolia” y no de nuevos “terremotos independientes”.
Esa situación de incremento en el comportamiento sísmico de la zona, según el ingeniero, se debe a que en este lugar hay cuatro placas tectónicas en actividad constante: Anatolia, Arábiga, Euroasiática y Africana. Estas se chocan entres sí frecuentemente cuando hacen proceso de desplazamiento.
Cabe destacar que durante esta actividad de movimientos las placas se pueden atascar o bloquear, generando y almacenando mayor tensión y energía, lo cual se puede convertir en fuertes terremotos en el momento en que esta fricción se libera.
Asimismo, dentro de estas cuatro placas tectónicas hay una que tiene dos fallas y por ende se destaca con más protagonismo que las demás. Se trata de las fallas Anatolia Septentrional y Anatolia Oriental, las cuales podrían originar una gran serie de fracturas en la superficie de la tierra.
*Con información de Europa Press.