La depresión, un trastorno mental que ha venido en auge desde principios del siglo XXI, ha tenido un aumento significativo de casos en los últimos tres años asociados en gran media por la afectación que tuvo la pandemia de covid-19 a la salud mental, con las fuertes medidas aplicadas de confinamiento, además de la fuerte presión económica y social de la que aun el mundo es testigo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), así como entidades nacionales, han hecho un llamado a tratar la salud mental sin algún tipo de temor social, además de incentivar campañas para detectar, diagnosticar y tratar la depresión de las personas que lo necesiten, constantemente realizan recomendaciones para que la batalla contra este trastorno silencioso y poco visible no sea una causa perdida.
Las cifras hablan por sí solas
La OMS define a la depresión como trastorno mental que “implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo”, lo que conlleva a asegurar que cada caso de cada persona debe ser tratado con las condiciones y conocimientos profesionales necesarios para evitar que la persona pueda empeorar y posiblemente hacerse daño.
Con base en informes divulgados por este organismo, se estima que 5 % de los adultos a nivel mundial padecen depresión. El análisis también concluye que este trastorno puede incitar a cometer suicidio y que afecta a más mujeres que a hombres.
Los datos son contundentes al informar que el 3.8 % de la población mundial experimenta depresión, en donde se incluye al 5 % de los adultos de todo el planeta, haciendo una claridad en que el 4% de los hombres presentan este tipo de trastorno, mientras las mujeres un 6 %. Dentro del total de los adultos mayores de 60 años a nivel global, el 5.7% presentan esta condición, concluye el informe.
En números, cerca de 280 millones de personas sufren depresión y el 10 % de las mujeres embarazadas que acaban de dar a luz experimentan este trastorno.
Se calcula que al año entre 700.000 y 800.000 personas cometen suicidio por diversas razones alrededor del mundo, en donde la precariedad de la salud mental que da origen a la depresión, ansiedad y estrés, es una de las causas comunes por las cuales las personas se suicidan.
A pesar de que existen tratamientos avalados para mitigar y controlar la depresión, tanto desde la psicología como la psiquiatría, más del 75% de los individuos que presentan este trastorno en países de bajos y medios ingresos no reciben algún tipo de ayuda ni asesoría, esto debido a que estas naciones no invierten lo suficiente en programas de salud mental además de que la asistencia a un consultorio psicológico está estigmatizada.
¿Cuáles son los signos que alertan de posibles casos de depresión?
La OMS ha realizado una lista de posibles síntomas que presenten las personas con este trastorno. Algunos de esos signos son sentimiento de culpa excesiva, pensamientos recurrentes sobre la muerte y el suicidio, alteraciones del sueño, cambios en el apetito y en el peso, baja autoestima, sensación de falta de energía y dificultad para concentrarse.
Si una persona presenta algunos o todos estos síntomas, lo recomendable es que el individuo esté acompañado la mayor parte del tiempo, pero no de una manera exagerada. La consulta con un profesional es imperativa para que el diagnóstico temprano pueda evitar un acto de suicidio o de riesgo contra la vida.
Varias naciones alrededor del mundo ofrecen en sus territorios líneas telefónicas de apoyo para que las personas que presenten trastornos mentales y que no vean otra salida a su condición más que la muerte, puedan recibir asistencia psicológica por ese medio.