Aunque en varias ocasiones el presidente de Brasil Jair Bolsonaro había anunciado que sería el último ciudadano de su país que se vacunaría contra el coronavirus, ahora anunció que definitivamente no tiene previsto inmunizarse.

Así lo dio a conocer el mandatario brasileño en una entrevista con la radio Jovem Pan, en la que justificó su decisión porque, según dijo, sus niveles de “inmunidad están por las nubes”.

“Decidí que ya no voy a ponerme la vacuna. Estoy viendo nuevos estudios, mis niveles de inmunidad están por las nubes. ¿Voy a vacunarme para qué? Sería lo mismo que jugar US$10 en la lotería para ganar 2. Eso está fuera de lugar”, aseguró.

El mandatario insistió en que los brasileños tienen derecho a no vacunarse: “Para mí, la libertad (está) por encima de todo. Si un ciudadano no quiere vacunarse, está en su derecho y ya está”.

El pronunciamiento de Bolsonaro se produce en momentos en que de acuerdo con las cifras de la Universidad Johns Hopkins, en ese país se ha vacunado completamente a cerca del 47 % de su población y, según Our World in Data, el 72 % de la población recibió al menos una dosis.

Esta situación ha sido destacada por la directora de la Organización Panamericana de la Salud, OPS, Carissa Etienne, quien señaló que “en Brasil hemos visto el impacto de las campañas de vacunación que duran un fin de semana y de los campeones de la vacunación para animar a todos los que cumplen los requisitos a vacunarse”.

“Estas y otras estrategias adaptadas serán fundamentales para llegar a los que aún no hemos alcanzado”, aseguró.

Muy criticado por su gestión de la crisis sanitaria en un país donde el virus ha dejado más de 600.000 muertos, Bolsonaro está en contra de la obligatoriedad de la vacuna y del pasaporte sanitario aplicado en varios países para acceder a determinados lugares.

El rechazo del mandatario a vacunarse le ha valido muchas críticas también en el exterior, especialmente durante su visita a Nueva York a finales de septiembre con ocasión de la Asamblea General de la ONU, que recomendaba la inmunización de los participantes.

En ese viaje, fue fotografiado cenando de pie un pedazo de pizza en una calle de Nueva York, una consecuencia, según la prensa brasileña, de no estar vacunado.

Por no estar vacunado Bolsonaro tuvo que comer una pizza en la calle en Nueva York | Foto: Luiz Eduardo Ramos/Twitter/Ministro de la Secretaría de la Presidencia

La caótica gestión del mandatario, en especial el retraso en la adquisición de vacunas, es objeto desde hace meses de una investigación en una comisión en el Senado, cuyo informe acusatorio final, a ser presentado el martes, podría ser otro golpe duro para el mandatario, que ya tiene abiertas varias investigaciones judiciales en su contra.

Brasil supera las 600.000 muertes por covid-19

De acuerdo con las cifras oficiales, Brasil superó el umbral de los 600.000 muertos por la pandemia del coronavirus, que según especialistas sigue sin estar controlada pese a la caída del número de fallecidos diarios gracias al avance de la vacunación.

Con 600.425 decesos desde el 12 de marzo de 2020, tras sumar 615 en las últimas 24 horas, según el último informe oficial, este país de 213 millones de habitantes es el segundo con más víctimas mortales después de Estados Unidos.

El país norteamericano, con una población 35 % superior a la de Brasil, acaba de superar los 700.000 muertos.

Los últimos datos del Ministerio de Salud brasileño, considerados subestimados por los expertos, reportan un total de 21,5 millones de contagios desde el inicio de la pandemia y 18.172 durante las últimas 24 horas.

“La situación mejoró, pero debemos tener cautela”, dijo a la AFP Margareth Dalcolmo, neumóloga integrante del prestigioso instituto de investigación Fiocruz.

Solo se podrá considerar controlada la pandemia cuando “se tenga el 80 % de la población inmunizada”, lo que aún está lejos de ser el caso, evaluó.

Brasil superó el umbral de los 600.000 muertos por la pandemia del coronavirus, que según especialistas sigue sin estar controlada pese a la caída del número de fallecidos diarios gracias al avance de la vacunación. (AP Photo/Edmar Barros) | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved

Por ahora, el 71,4 % de los brasileños han recibido al menos una dosis de vacuna, pero solo el 45,9 % ha completado el ciclo de inmunización.

Según un estudio publicado la semana pasada por Fiocruz, el 11 % de las personas que recibieron una primera dosis llegan tarde a la segunda, mientras que los ancianos comienzan a recibir una tercera inyección.

La campaña de inmunización se inició a finales de enero, varias semanas después de que en Estados Unidos y otros países como Argentina y Chile, se presentara un retraso atribuido por los especialistas a la falta de anticipación del Gobierno en la adquisición de dosis.

Carnaval “sin restricciones”

Pero la situación es mucho mejor que hace tres meses, cuando la vacunación avanzaba a tropezones y unos 2.000 brasileños morían de coronavirus todos los días.

La tasa de mortalidad diaria promedio cayó por debajo de 1.000 a finales de julio, antes de estabilizarse en alrededor de 500 durante septiembre.

Brasil aún está lejos de ver “la luz al final del túnel, la situación sigue siendo preocupante”, advirtió Domingos Alves, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo.

Según él, Brasil no es inmune a una explosión de casos de la variante delta, ya mayoritaria en muchas regiones del país, o a la aparición de nuevas variantes que serían resistentes a las vacunas.

A pesar de las preocupaciones de los epidemiólogos, muchas grandes ciudades, como Rio de Janeiro y São Paulo, continúan con su plan de volver a la normalidad. En ambas, las autoridades analizan eliminar la obligación de usar mascarillas al aire libre desde mediados de octubre.

Río exige prueba de vacunación para ingresar, entre otros, a lugares turísticos, y la capital económica para eventos de más de 500 personas. Pero a diferencia de las normas vigentes en numerosos países europeos, el pase sanitario no es obligatorio en bares y restaurantes.

Los partidos del campeonato brasileño de fútbol volvieron a recibir público el pasado fin de semana, y el alcalde de Río, Eduardo Paes, aseguró que los festejos de Carnaval se realizarán “sin restricciones” en febrero de 2022.

Una gestión caótica

Para Dalcolmo, la reanudación de la actividad a marchas forzadas podría tener “consecuencias desastrosas”.

La neumóloga critica la falta de “coordinación centralizada” de las políticas anticoronavirus por parte del gobierno de Jair Bolsonaro, un escéptico de la enfermedad que desde el inicio de la pandemia ha hecho campaña contra el distanciamiento social.

A mediados de septiembre, el Ministerio de Salud recomendó a los estados suspender la vacunación de adolescentes, que finalmente se reanudó una semana después, ante una avalancha de críticas.

Esta caótica gestión de la crisis sanitaria por parte de un presidente que aún no está vacunado ha sido escudriñada durante varios meses por una Comisión Parlamentaria de Investigación, que se espera entregue su informe el 20 de octubre, con fuertes acusaciones contra el Gobierno.

Según Alves, “al menos la mitad” de las 600.000 muertes por covid-19 podrían haberse evitado si la campaña de vacunación hubiera comenzado “dos meses antes”, porque marzo y abril de 2021 fueron los dos meses más mortíferos.

La oenegé Río de Paz rindió homenaje a las víctimas de covid-19 al exhibir 600 pañuelos colgados en sogas en la famosa playa de Copacabana en Río.

Con información de la AFP.