El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, vetó parcialmente el proyecto que legaliza el cultivo, producción y comercialización del cáñamo y del cannabis medicinal, por posibles riesgos a la salud pública y la seguridad ciudadana, señala un comunicado del Gobierno.

El proyecto, que fue aprobado en el Congreso el 13 de enero, fue cuestionado por el Ministerio de Salud, el Ministerio de Seguridad y el Instituto Costarricense sobre Droga (ICD), específicamente en artículos que habilitan el autocultivo y autoconsumo del cannabis.

“Quedan unos aspectos que necesitan ser modificados. Son los que se refieren a temas de autocultivo y autoconsumo, que no generan reactivación económica (...) y que además generarían riesgos para la salud pública y para la seguridad ciudadana”, dijo Alvarado en el comunicado.

La propuesta del Poder Ejecutivo es eliminar del proyecto de ley dos artículos y modificar uno. Si eso sucede, Alvarado se comprometió a poner su firma antes de que acabe su gobierno, en mayo.

El temor de las autoridades se basa en que el cannabis medicinal requiere dosis específicas y depuradas de manera técnica, por lo que no puede quedar a la libre elección y producción artesanal de sus usuarios, tal y como dice el texto aprobado.

“Los productos derivados del cannabis, que se han registrado en diferentes países del mundo, se encuentran dispuestos en unidades dosificadas, producidas bajo adecuadas normas de fabricación para garantizar su calidad, seguridad y eficacia médica”, alegan las autoridades.

Además, el ministro de Seguridad, Michael Soto, señaló que con la presente redacción del proyecto hasta se le podría abrir una puerta más al narcotráfico.

“Estamos proponiendo una solución que permitiría lograr todos los objetivos buscados”, dijo Alvarado, entre ellos la reactivación económica postpandemia y la atención de pacientes con padecimientos crónicos.

El proyecto ahora regresa a la Asamblea Legislativa, para que los diputados discutan si aprueba o no las sugerencias del gobierno.

De no hacerlo, recibiría un veto total, lo que enterraría un proyecto que estuvo en discusión por tres años.

El mandatario fue vehemente al decir que no se opone al proyecto y que solo confía en que “la Asamblea Legislativa acogerá esas observaciones”. Incluso agregó que, de manera personal, está de acuerdo con otro proyecto que ya se discute en el plenario, que permitiría legalizar el cannabis para uso recreativo.

Un estudio de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) señaló que para el 2025 el mercado del cáñamo y el cannabis medicinal moverá 35.000 millones de dólares al año.

En el mundo hay más de 20 países que permiten esta actividad, múltiples de ellos en América Latina, como Argentina, Chile, Panamá, México, Colombia, entre otros.

En Costa Rica, según Isaac Amador, activista del cannabis medicinal, hay cerca de 4.000 familias que adquieren productos derivados de la planta mediante la producción propia ilegal, la importación o la compra clandestina, con la intención de atender situaciones médicas.

La legalización, aún incipiente, del cannabis en el mundo

Aunque muchos países han despenalizado el consumo y la posesión de marihuana, eximiendo de penas de prisión a los consumidores, son menos los que ofrecen un marco legal para su cultivo y consumo.

Hasta ahora, solo Uruguay y Canadá autorizan el cannabis recreativo. En cambio, el uso medicinal del cannabis está autorizado en unos treinta países en el mundo. En la Unión Europea, Holanda fue pionera en 2003 y desde entonces, está autorizado en 22 de los 27 países.

América Latina

Uruguay se convirtió en diciembre de 2013 en el primer país del mundo en legalizar la producción, la distribución y el consumo de cannabis. Es posible conseguirlo de tres maneras: cultivarlo en casa para el consumo personal, acceder a él a través de un club de consumo o comprarlo en farmacia.

La compra es nominativa, limitada a 40 gramos mensuales por usuario. El gobierno autorizó a dos empresas privadas producir y distribuir marihuana.

Otros países latinoamericanos legalizaron el uso terapéutico del cannabis: Chile a finales de 2015, Colombia en 2016, Argentina, México y Perú.

América del Norte

En octubre de 2018, Canadá se convirtió en el primer país del G7 y en el segundo país del mundo en legalizar el cannabis recreativo. La medida fue una promesa de campaña del partido liberal del primer ministro Justin Trudeau. La legalización limita la posesión personal a 30 gramos y a cuatro plantas por casa.

En Estados Unidos, la ley federal prohíbe cultivar, vender o usar marihuana. Sin embargo, el consumo recreativo fue legalizado en 16 estados y en la capital, Washington DC. El uso terapéutico está permitido en 33 de los 50 estados.

Europa

En Holanda, la posesión, el consumo y la venta al por menor de hasta cinco gramos de cannabis se tolera desde 1976 en los “coffee shops”. El cultivo y su venta a gran escala son ilegales.

En España, la producción para consumo personal está autorizada, pero no la comercialización y el consumo público. Esta legislación ha dado lugar a la creación de asociaciones de consumidores sin personalidad jurídica que producen cannabis para sus miembros.

Portugal despenalizó el consumo y la posesión de todas las drogas en 2001, aunque siguen estando prohibidas. Los usuarios se exponen a una multa, que puede evitarse optando por un tratamiento contra la adicción.

*Con información de AFP.