El presidente de Paraguay, Santiago Peña, fue ingresado a un hospital de Río de Janeiro por una descompensación la noche del lunes tras participar en la cumbre del G20, invitado por el anfitrión del encuentro, su homólogo brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
“Informamos que el Presidente de la República, Santiago Peña, fue atendido hoy en el Hospital Samaritano (Botafogo) de Río de Janeiro debido a una indisposición. En este momento, se encuentra completando los chequeos médicos pertinentes. El hospital emitirá un informe médico en las próximas horas”, dijeron las autoridades brasileñas en un comunicado.
El jefe de Estado, de 46 años, fue trasladado en ambulancia desde la sede de la cumbre de las mayores economías mundiales, según testigos.
“Conversé con el presidente Santiago Peña (...). Se encuentra bien, a la espera de los resultados de exámenes médicos”, informó el vicepresidente de Paraguay, Pedro Alliana, en un mensaje en la red social X.
Según reporta la prensa brasileña, Peña sufrió “un dolor en el pecho” durante el evento en el Museo de Arte Moderno de Rio. El mandatario fue sometido a un electrocardiograma que mostró ciertas alteraciones, lo cual motivó su ingreso hospitalario.
El Hospital Samaritano precisó en una nota que el estado de salud del mandatario es “estable”.
Poco antes de indisponerse, el presidente paraguayo destacó en una presentación ante el foro los avances de su país en materia de reducción de la pobreza y la pobreza extrema en los últimos 20 años, que bajaron del 57,7 al 22,7% y del 16,2 al 4,9%.
Paraguay no es miembro del G20, pero Peña fue invitado al foro por Lula junto a otros líderes.
G20 cooperará para que los superricos “efectivamente” tributen
El G20 cooperará para que los superricos paguen “efectivamente” impuestos, según la declaración final de la cumbre del grupo abierta este lunes en Río de Janeiro, una decisión saludada por economistas y organizaciones como Oxfam.
“Con total respeto a la soberanía tributaria, procuraremos involucrarnos cooperativamente para garantizar que individuos con patrimonio neto ultraalto sean efectivamente tasados”, indica el texto.
“La cooperación podría implicar intercambio de mejores prácticas, el fomento de debates sobre principios tributarios y el diseño de mecanismos contra la evasión fiscal, incluido el abordaje de prácticas tributarias potencialmente perjudiciales”, agrega la declaración.
Un impuesto especial sobre la riqueza de los multimillonarios fue una de las grandes apuestas de Brasil al presidir el G20, junto a otras iniciativas de avanzada social como la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, que lanzó el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
“La cooperación tributaria internacional es crucial para reducir desigualdades”, dijo el izquierdista Lula este lunes en la apertura de la cumbre, en el Museo de Arte Moderno de Río.
“Un impuesto de 2% sobre el patrimonio de individuos superricos podría generar recursos del orden de 250.000 millones de dólares por año para ser invertidos en el enfrentamiento de los desafíos sociales y ambientales de nuestro tiempo”, agregó el mandatario, un antiguo obrero metalúrgico y dirigente sindical.
El presidente argentino, el ultraliberal Javier Milei, aliado del estadounidense Donald Trump, objetó este punto, entre otros, al firmar la declaración final.
El economista Gabriel Zucman, uno de los impulsores de la idea, celebró la decisión de los líderes de las 20 mayores economías como “histórica”.
“Ahora es el momento de pasar de las palabras a la acción y poner en marcha una negociación internacional inclusiva, que se extienda más allá de los países del G20, sobre la reforma de la tributación de los superricos”, instó Zucman en un comunicado.
*Con información de AFP.