El próximo lunes 29 de agosto, el presidente Gustavo Petro se reunirá con el jefe de Estado de Perú, Pedro Castillo, siendo así el primer viaje internacional del mandatario colombiano
Asimismo, se ha conocido que Petro luego de finalizar la reunión con Castillo en Lima, regresará inmediatamente al país. Esta reunión tiene como fin que Perú se sienta incluida en el ‘gobierno progresista’ que quiere liderar el mandatario colombiano con otros países de Latinoamérica.
En ese orden de ideas, el ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, ya se encuentra en el vecino país, con el propósito de arreglar los pormenores del encuentro bilateral.
Este encuentro entre los dos jefes de Estado, se da luego de que Castillo no pudiera asistir a la posesión presidencial de Petro el pasado 7 de agosto, debido a que el Congreso de ese país no le concedió el permiso al mandatario de izquierda de salir de Perú.
Las razones de los legisladores para no dejar salir a Castillo estuvo fundamentada en las investigaciones que actualmente cursan en contra de él por parte de las autoridades peruanas, por la ocurrencia de algunas presuntas irregularidades en el ejercicio de su rol como presidente.
Por ejemplo, el pasado viernes 26 de agosto, Castillo y su familia iniciaron una maratón de audiencias judiciales, quienes son acusados por la Fiscalía de dirigir una supuesta red de corrupción que operaba desde el palacio de gobierno.
La primera en comparecer ante un juez, en forma virtual, fue la cuñada del mandatario izquierdista, Yenifer Paredes, para quien la Fiscalía pidió 36 meses de prisión preventiva.
Apenas iniciada la audiencia con dos horas de retraso, el juez Johnny Gómez Balboa la suspendió y la reprogramó para el domingo a las 4:00 de la tarde, hora de Perú, argumentando que “este es un caso complejo”.
El abogado defensor José Dionicio Quesnay se declaró “conforme” con la decisión, pero el fiscal Jorge García Juárez se molestó: “Ya deberíamos tener una resolución” sobre el pedido de prisión preventiva, dijo. La cuñada de Castillo, de 26 años, arriesga una condena de 23 años de prisión, según la Fiscalía.
Asimismo, los ojos de la justicia peruana están sobre la primera dama, Lilia Paredes, ya que la señalan de ser quien facilitaba y coordinaba la organización criminal encabezada por el presidente Castillo, junto con el ministro de Transportes y Comunicaciones, Geiner Alvarado, para estafar al Estado. Esto, a través de licitaciones y contratos fraudulentos que a su vez enriquecían a terceros allegados al Gobierno.
La Fiscalía de Perú acusa a Paredes de controlar el ingreso al Palacio de Gobierno de los empresarios cuyas compañías recibían millonarios contratos con el Estado tras sus reuniones clandestinas con el presidente Castillo. Los cargos específicos que enfrenta la primera dama son los de conformación de organización criminal, lavado de activos y colusión agravada.
Lilia Paredes había conservado un bajo perfil lleno de discreción y sencillez durante toda la campaña presidencial y luego durante el mandato de su esposo. Posteriormente, la opinión pública conoció que tenía una gran influencia en los nombramientos de funcionarios y colaboradores de la administración, como secretarios y asesores.
Ahora está en el ojo del huracán como cómplice y mano derecha de un entramado de corrupción diseñado por el Gobierno para enriquecer al presidente y a empresarios amigos. En estos momentos, el Ministerio Público pidió formalmente que se autorice que la primera dama no pueda salir del país para evitar una fuga.
Finalmente, tras un año de posesión de Castillo como jefe máximo de Perú, el mandatario de izquierda solo ha cosechado controversias, especialmente con sus ministros ya que a la fecha ha designado a 40 jefes de Cartera, todo un récord nacional.