El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sigue con su pelea en contra de los ambientalistas que se oponen al controvertido Tren Maya, el cual tiene 1.500 kilómetros de longitud. Además, los tildó de “traidores” y de recibir dinero de Estados Unidos para continuar con su resistencia al proyecto.
“Vienen pseudoambientalistas de Ciudad de México y de otras partes del país, financiados por el Gobierno de Estados Unidos, y nos interponen estos amparos. Esto es un tema de seguridad nacional por muchas razones”, dijo el mandatario mexicano, a pesar que el proyecto va enfocado al turismo.
Precisamente, ante la negativa de AMLO y las acusaciones lanzadas a los opositores, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) de México enviaron una petición a una instancia ligada al tratado comercial de América del Norte, T-MEC, para que revise supuestas omisiones en la aplicación de leyes ambientales para la construcción del Tren Maya.
Los peticionarios aseguran que “México está incurriendo en omisiones en la aplicación efectiva de la legislación ambiental por cuanto a la evaluación de los impactos ambientales asociados al proyecto del Tren Maya”, que se desarrolla en el estado de Quintana Roo, informó la Comisión para la Cooperación Ambiental en un comunicado sobre la solicitud.
Moce Yax Cuxtal, Grupo Gema del Mayab, Jaguar Wild Center, Red de Capacitadores Socio Ambientales, Sélvame del Tren, Cenotes Urbanos y diecinueve individuos firman la petición, en la que hicieron énfasis en las posibles afectaciones que se provocarán en el tramo 5 de la obra, de 1.500 km.
La construcción de ese segmento de 60 km, situado entre los balnearios turísticos de Playa del Carmen y Tulum, en la costa del Caribe, fue suspendida en mayo pasado por un juez que consideró que su construcción no cumple la norma ambiental, tras varios amparos interpuestos por ONG.
Sin embargo, el pasado 13 de julio esos trabajos se reanudaron, a pesar de la suspensión judicial, en el marco de una medida de noviembre pasado que declaró las grandes obras de infraestructura del Gobierno como de “seguridad nacional”.
“El Tren Maya no garantizaría proteger al país frente a riesgos y amenazas; tampoco sería una obra de infraestructura que permita preservar la soberanía y defensa del territorio ante alguna invasión de otros países”, argumentaron las oenegés en la petición.
Las organizaciones añadieron que invocaron el capítulo 24 del T-MEC que comparten México, Estados Unidos y Canadá, en vigor desde 1° de julio de 2020, que establece la protección ambiental y una aplicación efectiva de las leyes ambientales.
La solicitud de los activistas sucede en momentos en los que Estados Unidos, apoyado en ciertos puntos por Canadá, también aludió a ese acuerdo para que se realicen consultas sobre la política energética de AMLO, porque estima que afecta a las empresas estadounidenses e impide el desarrollo de la energía limpia.
El Tren Maya es una de las megaobras de AMLO junto con el ya inaugurado aeropuerto Felipe Ángeles, que sirve a Ciudad de México, una refinería en Tabasco (sur) y la modernización de un corredor interoceánico.
Con información de AFP