Una ejecución judicial ocurrida el pasado jueves, 28 de julio, despierta la curiosidad de los medios de comunicación en Estados Unidos, y la indignación de algunos sectores de la población, luego de que se conociera la historia del preso sentenciado a muerte, cuyo deceso habría intentado ser impedido por los propios familiares de su víctima; una mujer asesinada en los años noventa, quien además era la exnovia del reo.

La historia ocurrió en el estado de Alabama, Estados Unidos, donde, pasadas las 9:00 p. m. del pasado jueves, autoridades de la cárcel donde se encontraba recluido el hombre, identificado como Joe Nathan James Jr., le suministraron la dosis letal, que le llevó a la muerte, declarada pocos minutos antes de las 9:27 p. m.

El recluso, un hombre de 50 años, se encontraba preso desde hace cerca de 20 años, señalado como el responsable del homicidio de su entonces novia, una mujer identificada como Faith Hall, quien para el momento de los hechos tenía 26 años, en un hecho ocurrido en Birmingham, donde James la ultimó a tiros.

La ejecución de James Jr. despierta indignación en Estados Unidos, pues las autoridades de Alabama decidieron, según lo previsto, adelantar el procedimiento que condujo a la muerte del reo, pese a que las hijas de su otrora víctima hicieran pública una solicitud al gobierno del Estado, para que se desistiera del mortal procedimiento, y en cambio, se le permitiera vivir al hombre que asesinó a su madre, abogando porque la pena capital fuese cambiada por una de prisión perpetua.

Según medios locales, la ejecución de James Jr. se llevó a cabo luego de que la Corte Suprema del referido Estado decidiera no atender la solicitud, dando así cumplimiento a una sentencia a muerte, dictada en el año 1999, años después de que ocurrió el asesinato de Hall.

En ese mismo sentido, pese a la solicitud de las hijas de Hall, también se había manifestado la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, quien el pasado miércoles habría manifestado su voluntad de que el procedimiento previsto siguiera adelante y terminara con la muerte del señalado asesino.

Sobre los móviles que rodearon en los años noventa la muerte de la mujer, entes investigativos habían precisado que se trató de un hecho motivado por razones pasionales y que se derivó de una obsesión del hombre, quien sostuvo una corta relación con la mujer, pero, que tras la terminación de esta, trascendió a un caso de acoso que se extendió por meses, y que lamentablemente terminó con un hecho violento que llevó a Hall a la tumba.

Según datos de la investigación, la muerte de Hall tuvo lugar el 15 de agosto de 1994, fecha en la que el hombre se dio cuenta de que ella posiblemente estaba ad portas de comenzar una nueva relación, luego de ver que esta había salido a hacer unas compras acompañada de un hombre, y de allí se dirigieran al apartamento de él, lugar hasta el que llegó James Jr. para ultimarla a tiros.

De acuerdo con la investigación, el asesino propinó tres disparos en contra de la mujer, causándole la muerte en el lugar.

Para aquel entonces, las hijas de la mujer, las que ahora clamaban clemencia ante las autoridades para con James, tenían apenas tres y seis años, y su deseo manifiesto no era ver muerto al asesino de su madre, sino que este pudiera vivir, preso, por los años correspondientes antes de que se cumpliera su deceso por razones naturales.

Según versa en los diarios locales de Estados Unidos, a diferencia de otros casos de ejecuciones, en el caso de la muerte de James Jr., a la ejecución no acudieron los familiares de Hall, si víctima, quienes por el contrario se pronunciaron para afirmar que “hoy es un día trágico para nuestra familia”.

“Esperábamos que el estado no quitara una vida simplemente porque una vida fue quitada y hemos perdonado al Sr. Joe Nathan James Jr. por sus atrocidades hacia nuestra familia”, reza el comunicado de las jóvenes, quienes admitieron que esta ejecución revivía en ellas el dolor generado por el hombre a ellas hace 20 años.

En el mismo comunicado, la familia de Hall afirmó que “oramos para que Dios nos permita encontrar sanación después de hoy”, añadiendo que esperan que “algún día nuestro sistema de justicia penal escuche los llantos de familias como la nuestra, incluso si va en contra de los deseos del estado”.

Por el contrario, desde la Gobernación estatal, la gobernadora señaló que respeta los sentimientos de los familiares, pero apuntó que su deber era “siempre cumplir con nuestra responsabilidad ante la ley, la seguridad pública y la justicia”.

Según las autoridades, con la ejecución de James Jr., se logró hacer justicia por la muerte de Hall, recordando que esta decisión de pena de muerte, emanó de un jurado que determinó, de forma unánime, la pena capital para el sentenciado.

En ese mismo sentido, la gobernadora estimó que con la muerte del hombre, que duró más de dos décadas en el ‘corredor de la muerte’, se envía un contundente mensaje a las víctimas de violencia doméstica y sus victimarios en el estado de Alabama.

Medios locales también han entregado información adicional sobre el momento de la ejecución de James Jr., refiriendo que su muerte también había despertado indignación al interior del penal donde se realizó el procedimiento, advirtiendo que en algunas ventanas y celdas se colocó, por parte de los internos, un cartel en el que se rechazaba la ejecución, calificándola de ‘asesinato’.

De igual modo, se reveló que el hombre decidió ‘no entregar últimas palabras’ y que su ejecución se cumplió con tres horas de retraso, en un espacio en el que el reo no reveló muestras de dolor, pese a no estar sedado.

La muerte se decretó varios minutos después de aplicada la inyección, luego de un proceso en el que los signos vitales del hombre se fueron apagando paulatinamente y su respiración se hizo más difícil y débil.