Una de las series animadas más recordadas y retransmitidas de los años 1960 es Los supersónicos, que recrea cómo podría ser la vida en el siglo XXI, específicamente en el año 2062, cuando los humanos viven en casas suspendidas en el aire y van al trabajo o el supermercado en autos voladores.
Cuando el siglo XXI llegó, muchos se quejaban de que la previsión de los vehículos por los aires no se cumplió y ahora parece que podrían estar equivocados.
La empresa Alef Aeronautics acaba de anunciar que su carro volador, el Model A, acaba de ser autorizado por el gobierno de Estados Unidos en una primera fase.
Más exactamente, como lo dijo su presidente, Jim Dukhovny, el vehículo recibió la Certificación de aeronavegabilidad especial de la Administración Federal de Aviación (FAA por su sigla en inglés), lo cual haría realidad lo que por años fue solo una fantasía de la ciencia ficción.
Así, se podrá cumplir el sueño de tantos habitantes de las grandes ciudades, de esquivar la congestión del tráfico transportándose por encima de las vías y aterrizando de forma vertical en los parqueaderos.
Es el primer automóvil de esas características en ser aprobado por las autoridades, luego de ocho años de trabajo de sus creadores.
Todo comenzó en 2015, cuando la empresa decidió hacer realidad la idea de un carro de este tipo.
Al año siguiente, ya estaba listo el primer prototipo a subescala, ideado para solucionar aspectos críticos, como que el vehículo se pudiera manejar como los que van por tierra, el despegue y aterrizaje vertical y que fuera relativamente asequible.
Listo el prototipo, tocaba encontrar un capitalista que quisiera financiar el siguiente nivel del proyecto, es decir, emprender la construcción del modelo real.
El dinero para ello, o al menos el primer gran empujón financiero, 3 millones de dólares, salió del bolsillo de Tim Draper, un conocido capitalista de riesgo, quien había sido inversionista de Tesla, la conocida marca de carros eléctricos de Elon Musk, el hombre más rico del mundo.
Así, finalmente, Alef Aeronautics pudo hacer realidad su Model A, con un rango de manejo de 200 millas y un rango de vuelo de 110 millas.
Si todo sale bien, el Model A saldrá al mercado a finales de 2025, pero la preventa empezó el octubre pasado con un precio de 300.000 dólares, más de 1.250 millones de pesos, por cada ejemplar.
Se puede “pisar” un cupo en la lista de espera por 150 dólares, pero si un cliente tiene mucho afán por tenerlo, es posible que sea atendido con prioridad por 1.500 dólares.
Alef Aeronautics informó que para finales del año pasado ya había 440 reservaciones.
Sin embargo, el camino para que las ciudades empiecen a verse como en Los supersónicos aún no es tan expedito.
La certificación del gobierno, esencialmente, permite que Alef haga pruebas con el auto antes de ponerlo en venta.
De acuerdo con la página especializada Tesla Rati, el código de regulaciones federales, la certificación que le acaban de dar a Alef, obliga al fabricante a reportar a la FAA fallas o defectos que el modelo pueda presentar durante las pruebas.