El principal experto en enfermedades infecciones de Israel, Nachman Ash, afirmó este miércoles que la primera dosis de la vacuna contra la covid-19 de Pfizer y BioNtech es menos de la mitad de eficaz de lo que se piensa.
Ash, uno de los médicos que lidera la respuesta de Israel contra la covid-19 y que ha llevado al país a liderar la carrera por la vacunación en el mundo, explicó que solo la primera dosis de la vacuna no reduce las tasas de infección tanto como se espera.
Según le dijo Ash a medios locales, “muchas personas se han infectado entre la primera y la segunda inyección de la vacuna”; y agregó que puede tomar diez días o más para que la inmunidad haga efecto.
Aunque los informes e investigaciones son escasas, hay al menos un caso confirmado de un ciudadano estadounidense que se infectó luego de recibir la primera dosis de la vacuna de Pfizer, y el gremio médico prevé que esto suceda con cierta regularidad.
Los doctores dijeron que no era sorprendente por el tiempo que tarda en aumentar la respuesta inmune desencadenada por la vacuna.
La inmunidad de la primera dosis se activa dentro de los primeros 12 a 14 días después de administrada, e Israel está esperando los 21 días que Pfizer recomienda entre dosis. Hay que recordar que después de la segunda dosis la vacuna tiene un 95% de efectividad.
Sin embargo, y pese a la recomendación de Pfizer, en el Reino Unido las autoridades de salud están permitiendo que las segundas dosis de las vacunas se retrasen hasta 12 semanas, un plan cada vez más cuestionado.
Sir Patrick Vallance, el principal asesor científico del Reino Unido, defendió la estrategia y dijo que esperaría que todas las vacunas fueran menos efectivas en el mundo real que en los ensayos.
Frente a esta estrategia del Reino Unido, Pfizer se negó a respaldar la decisión de cambiar el programa de dosificación, diciendo que no había pruebas de que funcionara.
La estrategia de EE.UU.
Por su parte, en Estados Unidos las autoridades continúan recomendando que las dosis se administren según la guía de Pfizer. Sin embargo, con el retraso de envíos, así como la falta de una reserva nacional, cientos de estadounidenses en riesgo pueden quedarse esperando la segunda dosis durante semanas o meses.
Anthony Fauci se encuentra entre los altos funcionarios de salud de Estados Unidos que han sido inflexibles en cuanto a que el país no adopte la estrategia del Reino Unido de retrasar las segundas dosis para que las primeras dosis lleguen a más personas.
Por ejemplo, los funcionarios de salud del estado de Florida anunciaron esta semana que más 45.000 personas que habían recibido la primera dosis de la vacuna de Pfizer llegaron tarde a la administración de la segunda.
Según las últimas cifras reveladas en Estados Unidos, solamente 16,3 millones de vacunas contra el coronavirus han sido administradas en ese país, el equivalente a menos del 5% de la población.
Probabilidades de infección
Si bien los datos de Pfizer estiman que la primera dosis de la vacuna previene alrededor del 52% de las infecciones, los datos de Israel muestran que esta solamente reduciría en un 33% la probabilidad de infectarse.
Por su parte, el regulador de salud del Reino Unido dijo que el 89% de los inoculados podrían no experimentar síntomas de covid-19 con la primera dosis de la vacuna.
Las preocupaciones de Israel refuerzan la insistencia de los funcionarios de salud de Estados Unidos en dar ambas dosis. Aunque, independientemente de la política, los estadounidenses pueden quedarse sin la segunda vacuna.
Nueva York, por ejemplo, se quedará sin dosis para el jueves y no se espera otro envío hasta la próxima semana.
El plan de vacunación de Israel
Israel se ha convertido en el centro de atención durante el lanzamiento mundial de la vacuna contra la covid-19 porque está recibiendo inyecciones más rápido que cualquier otro país del mundo.
De esta forma, el país del Medio Oriente ha vacunado a 2,7 millones de personas en su población de nueve millones, que es una proporción mayor que en cualquier otro lugar.
El país aseguró el acceso a grandes cantidades de la vacuna de Pfizer, acordando proporcionar datos sobre sus ciudadanos para que la compañía pueda rastrear qué tan bien funciona la vacuna.