La tensión entre Estados Unidos e Irán alcanzó en la noche de este martes niveles aún más altos, tras el primer contrataque de Bagdad como represalia por la muerte del general Qasem Soleimani el viernes pasado en una operación militar ordenada por el presidente Donald Trump.

La retaliación iraní se materializó en el lanzamiento de por lo menos una docena de cohetes sobre las base aéreas de Ain al Assad y Erbil, en Irak y en las cuales están desplegadas tropas norteamericanas y aliadas, informó el gobierno estadounidense.

Este hecho ocurre después de que grupos armados proiraníes en Irak prometieron unir fuerzas para responder al ataque contra Soleimani y al jefe militar iraquí Abú Mahdi al Muhandis. Los primeros en informar sobre los bombardeos fueron los periodistas de la televisión estatal de Irán, que dijeron que Teherán envió "decenas de misiles" superficie-superficie a la base aérea iraquí Ais Assad, para atacar a las fuerzas estadounidenses que aloja. Fuentes de seguridad locales dijeron a la AFP que al menos nueve cohetes habían impactado en la base aérea de Ain al Asad, el más grande de los recintos militares iraquíes donde se encuentran las tropas extranjeras. Minutos más tarde, el Pentagono dijo que Irán había disparado "más de una docena" de misiles balísticos contra esa base, localizada en pleno desierto, y otra ubicada en Erbil, en la zona kurda de Irak. 

Según el medio el nombre de la operación es "Mártir Soleimani", y el ataque habría sido realizado por la división aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, la cual controla el programa de misiles de Irán y de una parte de Medio Oriente.  “Somos conscientes de los reportes de ataques a instalaciones de EE.UU. en Irak. El Presidente (Donald Trump )ha sido informado y está monitoreando la situación de cerca y consultando con su equipo de seguridad nacional", añadió la Casa Blanca en un comunicado firmado por la secretaria de Prensa, Stephanie Grisham.  “Está claro que estos misiles fueron lanzados desde Irán y apuntaron al menos a dos bases militares iraquíes que albergan al personal militar y de la coalición estadounidense en Al-Assad y Erbil”, insistió Jonathan Hoffman, asistente del secretario de Defensa para Asuntos Públicos, en un comunicado.

Hasta ahora, no se han reportado muertos ni heridos por el ataque.  Hay que tener en cuenta que en los últimos meses otras instalaciones militares utilizadas por tropas estadounidenses en Irak sufrieron también unos 15 ataques con cohetes, pero nadie había asumido la responsabilidad.

Washington evalúa respuesta La Casa Blanca dijo, en un comunicado por separado, que el presidente Donald Trump estaba "monitoreando de cerca la situación y consultando con su equipo de seguridad nacional". El departamento estadounidense de Defensa anunció que está conduciendo una "evaluación preliminar de daños" y evaluando su "respuesta" al ataque. Los Guardianes de la Revoluciónde Irán les advirtieron a Estados Unidos y a sus aliados regionales que no tomen represalias por el ataque con misiles contra la base Ain Assad, según un comunicado difundido por la agencia noticiosa estatal IRNA. “Les estamos advirtiendo a todos los aliados estadounidenses, que le dieron sus bases a su ejército terrorista, que cualquier territorio que sea el punto de inicio de actos agresivos contra Irán será atacado”, afirmó la Guardia Revolucionaria, que también amenazó a Israel. El ministro de relaciones de Irán, Javad Zarik, dijo en un trino: “Irán tomó medidas proporcionadas en defensa propia en virtud del artículo 51 de la Carta de la ONU por el cobarde ataque armado contra nuestros ciudadanos y altos funcionarios. No buscamos la escalada o la guerra, sino que nos defenderemos de cualquier agresión”. Horas después del ataque, y ante la espera de su pronunciamiento, Donald Trump se refirió al suceso ocurrido en Irán desde su cuenta de Twitter. El mandatario estadounidense señaló que "todo está bien" y que su país tiene "el ejército más poderoso y bien equipado en cualquier parte del mundo". En la mañana del miércoles, Trump anunció una rueda de prensa oficial después de evaluar los primeros daños en las bases militares.

La base Ain Assad, en la provincia iraquí de Anbar, oeste del país, fue utilizada por las tropas de Estados Unidos por primera vez después de la invasión de 2003 en la que fue derrocado el dictador Saddam Hussein, y posteriormente volvieron allí para combatir al grupo Estado Islámico en Irak y Siria. Hay unos 1.500 efectivos de la coalición estadounidense estacionados ahí. Dos funcionarios de seguridad iraquíes dijeron que por lo menos uno de los misiles parece haber dado en un avión de la base, provocando un incendio. No estaba claro por el momento si se trataba de una nave estadounidense o iraquí. No había reportes hasta el momento de bajas por los ataques, de acuerdo con los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a informar a la prensa. En la base se encontraban alrededor de 70 soldados noruegos, pero no se había reportado algún herido, comentó Brynjar Stordal, portavoz de las Fuerzas Armadas de Noruega, a la agencia AP durante una entrevista telefónica. Periodistas de AFP vieron que numerosos aviones de combate de identidad aún confirmada sobrevolando Bagdad en la madrugada del miércoles, tras el ataque iraní. Espacio prohibido para aviones civiles de EE.UU. La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) decidió por su parte prohibir a las aerolíneas registradas en Estados Unidos sobrevolar Irak, Irán y el Golfo luego de los ataques con cohetes contra las fuerzas estadounidenses en Irak. "La (FAA) emite avisos a los aviadores esta noche (martes) explicando las restricciones de vuelo que prohíben a los operadores de aviación civil estadounidenses operar en el espacio aéreo sobre Irak, Irán y las aguas del Golfo Pérsico y el Golfo de Omán", dijo en un comunicado. "La FAA continuará monitoreando de cerca los eventos en el Medio Oriente", añadió el ente. *Con información de AFP y AP