“Anular el derecho de las mujeres estadounidenses a abortar tendría altos costos económicos, reduciría sus ingresos y empujaría a más niños a la pobreza”, dijo el martes la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.

“Creo que eliminar el derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre cuándo y si quieren tener hijos tendría efectos muy dañinos en la economía y haría retroceder a las mujeres décadas”, dijo Yellen, durante una audiencia en el Senado, en Washington.

El acceso a la atención médica, incluido el aborto, “ayudó a aumentar la participación en la fuerza laboral. Permitió que muchas mujeres terminaran la escuela. Eso aumentó su potencial de ingresos. Permitió a las mujeres planificar y equilibrar sus familias”, alegó.

Yellen detalló que la medida tendría efectos duraderos en los niños, especialmente en los nacidos en hogares de bajos ingresos, que tendrían más probabilidades de vivir “en la pobreza y empeorar” su situación.

Días atrás se filtró, en medios locales, un borrador de decisión final de la Corte Suprema de Estados Unidos en el que parecía decidida a anular el fallo Roe vs. Wade, que legalizó el aborto en 1973. Posteriormente, algunos magistrados alegaron que no era una resolución definitiva y que seguía a evaluación.

El alto tribunal está dominado por conservadores que llegaron allí durante el anterior gobierno del republicano Donald Trump (2017-2021).

El aborto es uno de los temas que ha generado más divisiones y polémicas en los últimos años en Estados Unidos. Pero, según una encuesta divulgada el viernes por el Pew Research Center, 61 % de los estadounidenses cree que el aborto debe seguir siendo legal en todos o en la mayoría de los casos.

¿Violencia?

La Casa Blanca realizó, el pasado lunes, una serie de advertencias sobre la violencia y amenazas a jueces generadas por el inminente fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos sobre el aborto. La secretaria de prensa del Gobierno señaló que los jueces del país “deben poder hacer su trabajo sin preocuparse por su seguridad personal”.

Jen Psaki pidió en su cuenta oficial de Twitter moderación después de los informes de las manifestaciones ejecutadas frente a las casas de dos jueces de la Corte Suprema y después de un incendio en la sede de un grupo antiaborto en el estado de Wisconsin.

El presidente estadounidense, el demócrata Joe Biden, “cree firmemente en el derecho constitucional a protestar. Pero eso nunca debe incluir violencia, amenazas o vandalismo”, expresó Psaki.

“Los jueces desempeñan una función increíblemente importante en nuestra sociedad y deben poder hacer su trabajo sin preocuparse por su seguridad personal”, subrayó.

La preocupación por estos posibles estallidos de violencia en Estados Unidos se da en medio de un contexto de grave polarización de la sociedad civil de este país.

Como muestra de esto se encuentran los acontecimientos del capitolio cuando, el 6 de enero de 2021, un gran número de extremistas, opuestos a Joe Biden y que apoyaban a Donald Trump, se tomaron el edificio gubernamental como respuesta al resultado electoral en el que su candidato salió vencido.

Buena parte de estos acontecimientos fueron impulsados por Trump y por otras figuras mediáticas y extremas al interior de la derecha del país. El expresidente y otras de estas figuras se encuentran en este momento bajo investigación.

Así mismo, el asesinato de George Floyd, un afroamericano que murió a manos de policías de Minnesota en 2020, ocasionaron una serie de graves protestas nacionales que terminaron en varias ciudades destruidas y una alta cifra de muertos y daños infraestructurales.

Durante estas protestas se dio el caso de Kyle Rittenhouse, un adolescente justiciero que salió armado a las protestas y mató a dos manifestantes en Illinois.

*Con información de la AFP.