La gota que rebosó la copa de los nicaragüenses fue el anuncio del presidente Daniel Ortega, de impulsar una serie de reformas al sistema de seguridad social vigente en el país, que de inmediato fueron rechazadas por estudiantes, trabajadores y empresarios.El clamor por las reformas democráticas en ese país es impulsado por amplios sectores sociales, que en las últimas dos semanas salieron a manifestarse a las calles para rechazar lo que denominan "opresión" y para defender su derecho a vivir en "libertad". Sin embargo, fue la Iglesia la principal abanderada de una manifestación que inundó las calles de Managua este sábado.La Conferencia Episcopal Nicaraguense, que está actuando como mediadora entre el Gobierno y la sociedad civil, le puso un plazo al presidente Ortega para que el diálogo dé frutos.En contexto: Presidente de Nicaragua contra la pared por protestas que dejan tres muertosMiles de personas marcharon en la manifestación de este sábado contra el gobierno, con el fin de que se haga justicia ante la violencia que ha cobrado 43 vidas durante las marchas."Queremos que haya libertad porque este gobierno que tenemos nos oprime", dijo a la AFP Emelinda Blandón, de 66 años, en la multitudinaria peregrinación que buscaba abogar por la paz y rezar por los caídos en las protestas.
Las manifestaciones violentas habían cesado este domingo, pero los nicaragüenses continuaron exigiendo castigo para los responsables de las muertes en las protestas. Asimismo reclaman el respeto a la libertad de expresión y manifestación, la independencia de los poderes del Estado y la renuncia de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo."Que se vaya Daniel Ortega, ya suficiente tiempo que estuvo en el poder", exclamó la ciudadana Vida Zeledón, de 45 años, en una manifestación.Daniel Ortega ha gobernado a los nicaraguenses buena parte de los últimos cuarenta años. Su primer mandato como presidente lo ejerció entre 1979 y 1990, luego del derrocamiento de la dictadura somocista, y retomó el cargo en el año 2007, después de lo cual ya ha sido reelegido en dos ocasiones, 2011 y 2016, en procesos electorales cuestionados por la oposición.Desde la semana del 18 abril, Ortega ha tenido que enfrentar las peores protestas que se han presentado en el país centroamericano durante sus últimos 11 años de gobierno."Es imperativo restituir el Estado de derecho iniciando con elecciones libres y transparentes de manera anticipada" a las previstas en 2021, señaló el grupo opositor "Hagamos Democracia".Le sugerimos: La mala hora de NicaraguaUn diálogo muy esperadoEl gobierno anunció un diálogo para poner fin a la crisis, pero hasta este domingo no había definido una agenda ni fecha para iniciar las pláticas.El presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Leopoldo Brenes, reiteró el sábado la disposición de los obispos de mediar en un diálogo, pero dieron un plazo de un mes al gobierno para que se lleguen a acuerdos."Si en un mes no vemos que hay avances en el diálogo, que está estancado, que no hay buena voluntad (...) los obispos nos retiramos", advirtió Brenes."El gobierno pretende dar por terminada la protesta con base en que, al verse contra la pared, llamó a un diálogo", el cual "no pasa de ser un espejismo", reprochó la afamada escritora Gioconda Belli en un artículo de opinión."Respaldamos un diálogo que tenga como su primer y más importante objetivo la democratización de Nicaragua", demandó por su lado el Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP).Le recomendamos: Cómo los estudiantes se convirtieron en la clave para que Daniel Ortega frenara reforma a seguridad social en Nicaragua
Por una Nicaragua libreEn total, Ortega ha vivido 22 de sus 73 años siendo presidente.Sin embargo, la violencia que ejerció contra los manifestantes que salieron el 18 de abril a protestar contra la reforma al seguro social, irritó a los nicaragüenses pese a que el gobierno dio marcha atrás con su medida.Esa fue "la gota que derramó el vaso", dijo a la AFP el ciudadano Javier Hernández."Nicaragua necesita ser libre, después de tanto tiempo volvimos a caer en la represión", lamentó la universitaria Susana Castellón.Ortega y Murillo "no muestran ninguna compasión, ni siquiera un poco de empatía con los familiares de los muertos a quienes llaman delincuentes, pandilleros y narcotraficantes", acusó por su lado el exmiembro de la dirección del Frente Sandinista, el disidente Luis Carrión.Puede interesarle: En Nicaragua, protesta con tintes de revolución
Apoyo para OrtegaPese a las protestas y reclamos de la oposición, Ortega aún cuenta con grupos de excombatientes que este domingo expresaron un fuerte respaldo hacia el presidente."Estamos con Daniel, estamos con el Frente, hay sandinistas para rato", aseguró el excombatiente sandinista, Francisco Cuendis, en un encuentro partidario en Rivas (sur)."Daniel no está solo, aquí estamos hombro a hombro con nuestro pueblo", afirmó el legendario excomandante guerrillero, Edén Pastora.La movilización popular que hubo en Nicaragua fue un "intento de golpe de estado", denunció por su lado el presidente del parlamento, Gustavo Porras, en el canal legislativo tras dar su apoyo al gobierno de Ortega.*Con información de AFPPuede ver: Qué significan los "árboles de la vida" y por qué los manifestantes en Nicaragua los están derribando