Ante la determinación de los manifestantes de seguir bloqueando como lo hacen desde hace más de 10 días el centro de Ottawa, este martes pareció comenzar un movimiento para flexibilizar las restricciones impuestas por la pandemia de covid-19 en Canadá, uno de los países con medidas más estrictas.

Bajo presión, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, salió al cruce de los camioneros que bloquean las calles de la capital, Ottawa, en rechazo a las medidas sanitarias del Gobierno.

Desde el inicio de la protesta, que estalló el 29 de enero, el gobernante minimizó al movimiento, al que califica de “minoría marginal y ruidosa”.

“Todos estamos hartos de las restricciones, de hacer sacrificios casi todos los días, pero nuestra responsabilidad como Gobierno es velar por la salud y la seguridad de todos”, dijo el martes Trudeau también desde la Cámara de los Comunes.

Sin embargo, el Gobierno federal no hizo ningún anuncio concreto a pesar de que las autoridades de la ciudad y la Policía de Ottawa admiten que la situación está “fuera de control”.

Unos 400 a 500 camiones todavía ocupan las calles de la capital canadiense.

Provincias levantan restricciones

Entre tanto, un levantamiento de medidas era anunciado en otras provincias.

El gobierno de la provincia de Saskatchewan anunció el martes que desde el domingo a la medianoche levantará todas las restricciones relacionadas con la covid-19, incluyendo el uso de mascarilla y el requisito de vacunación en el interior de restaurantes, las mismas peticiones de los camioneros que siguen ocupando el centro de Ottawa.

“Esta política ha seguido su curso”, dijo el primer ministro de Saskatchewan, Scott Moe, en conferencia de prensa. Su administración considera que “los beneficios (de las restricciones) ya no superan a los costos”.

Su homólogo de Quebec, Francois Legault, anunció el martes que el levantamiento de medidas contra la covid-19 se dará hacia mitad de marzo. “Necesitaremos aprender a convivir con el virus. Tal vez habrá una sexta ola eventualmente, pero tendremos que convivir con la covid”, anticipó Legault.

De su lado, el primer ministro de Alberta, Jason Kenney, propuso remover las restricciones gradualmente a través de fases en su provincia y dará detalles sobre ese plan esta misma semana.

“Dictadura”

Pancartas contra Trudeau, banderas canadienses, fogatas junto a las que se calientan los manifestantes, refugios improvisados y tiendas de campaña se multiplican en las calles de una ciudad que tiene reputación de tranquila.

“No estoy de acuerdo con la forma de actuar de Trudeau ni con su dictadura”, declaró a la AFP Martin Desforges, un camionero de 46 años proveniente del norte de Quebec, donde permanece junto a su esposa en una camioneta estacionada desde el inicio del movimiento frente al Parlamento y a pocos metros de las ventanas de la oficina del primer ministro.

“Vacunarse debe ser una decisión tomada entre una persona y su médico. El Gobierno no tiene que intervenir”, alega John Hawley-Wight, quien se unió a la protesta hace dos días.

El movimiento, llamado “Convoy de la libertad”, fue convocado en rechazo a la decisión del Gobierno de obligar a vacunarse contra la covid-19 a los camioneros que cruzan la frontera entre Canadá y Estados Unidos.

Pero rápidamente se convirtió en una protesta contra las medidas sanitarias en su conjunto y, para algunos, contra el Gobierno.

Los camioneros, que desde el lunes tienen prohibido tocar la bocina tras un fallo judicial, optaron por una nueva táctica para hacerse oír: acelerar los motores de sus vehículos pesados, haciendo el aire irrespirable, señaló un periodista de la AFP.

Apoyo popular

En Nueva Zelanda, un convoy de camiones y casas rodantes bloqueó el martes las calles en torno al Parlamento, en Wellington, para protestar contra las medidas sanitarias y la vacunación.

En Francia, miles de opositores al pase sanitario anunciaron en las redes sociales que querían “arrollar París” el sábado como parte de una acción ciudadana también denominada “Convoy de la libertad”.

Y en Canadá, donde las medidas sanitarias son en la mayoría de las provincias más restrictivas que en otras partes del mundo, el movimiento ha recibido un apoyo popular más amplio del previsto por parte de las autoridades.