Hossein Ronaghi, un defensor de la libertad de expresión detenido en Irán y en huelga de hambre, va a dejar de ingerir líquidos a partir de este sábado 12 de noviembre por la noche, declaró su hermano.
Ronaghi, de 37 años, fue detenido por las fuerzas del gobierno iraní en septiembre, tras haber criticado la brutal represión de las manifestaciones en su país por la muerte de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años, bajo custodia policial.
El hombre pidió un permiso para salir de la cárcel por motivos de salud, pero le fue negado, situación que se suma a su decisión de mantener una huelga de hambre, lo que deterioraría aún más su estado de salud.
“Me dijo que tuvo varias convulsiones recientemente. Hoy, su presión sanguínea cayó fuertemente y perdió el conocimiento”, escribió su hermano Hasan este sábado en Twitter.
Le negaron un permiso para salir de la cárcel “pese a que está en un estado crítico (...) Hossein dijo que dejará de beber agua a partir de esta noche”, añadió su hermano.
Una ola de protestas sacude Irán desde la muerte, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años que falleció tres días después de haber sido detenida en la capital iraní, Teherán, por la policía de la moral, por supuestamente no llevar correctamente el velo.
Al menos 326 manifestantes murieron en la represión del movimiento de protesta que sacude el país desde septiembre, afirmó este sábado Iran Human Rights, una ONG con sede en Oslo.
La protesta, nacida del rechazo de las restricciones de vestimenta impuestas a las mujeres y de la indignación suscitada por la muerte de la joven, evolucionó en un movimiento dirigido contra la teocracia en el poder desde la revolución islámica de 1979.
“Al menos 326 personas, entre ellas 43 niños y 25 mujeres, fueron abatidas por las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones en todo el país”, afirma IHR en un comunicado en su sitio internet, precisando que se trata de un “mínimo”.
IHR destaca no haber tenido en cuenta “un gran número de muertes denunciadas” que todavía está verificando.
El último balance de la organización no gubernamental fue de 304 muertos hace una semana. IHR incluye a las personas abatidas en la provincia de Sistán y Baluchistán (sudeste), limítrofe con Pakistán, es decir, al menos 123, según su recuento.
Entre ellas, más de 90 murieron el 30 de septiembre, bautizado como el “viernes sangriento” por los militantes.
Ese día hubo una manifestación en Zahedán, capital de la provincia, para protestar por la violación de una adolescente de 15 años imputada a un oficial de la policía, en la ciudad portuaria de Chabahar.
El director de IHR, Mahmod Amiry Moghadam, llamó a la comunidad internacional a actuar para ponerle fin a la represión en Irán.
Las denuncias del Reino Unido
El gobierno británico convocó el viernes 11 de noviembre a un alto representante diplomático iraní en Londres para denunciar amenazas de muerte contra periodistas afincados en el Reino Unido.
“Convoqué al encargado de negocios iraní hoy después de que periodistas que trabajan en el Reino Unido fueran blanco de amenazas de muerte procedentes de Irán”, tuiteó el ministro británico de Relaciones Exteriores, James Cleverly.
“No toleramos las amenazas e intimidaciones de naciones extranjeras hacia personas que viven en el Reino Unido”, agregó.
Dos periodistas británico-iraníes, que trabajan en el Reino Unido para un canal independiente en lengua farsi, recibieron amenazas de muerte “creíbles” por parte de las fuerzas de seguridad iraníes.
Volant Media, la emisora londinense del canal Irán International TV, afirmó que sus dos periodistas habían recibido “amenazas de muerte de la Guardia Revolucionaria Islámica”.
*Con información de AFP.