La llama que encendió el asesinato del afroamericano George Floyd en Minneapolis, Estados Unidos, aún no se apaga. Es más, está más viva que nunca en varios países del mundo, como España, Australia o Italia, donde la gente salió a las calles a protestar contra el racismo, en un movimiento que no ha parado y que amenaza con extenderse aún más. Uno de los países en los que más se han sentido las protestas es el Reino Unido, donde miles de personas se han unido a la causa con el grito de “Black Lives Matter” (las vidas negras importan), desafiando la cuarentena y las reglas de aislamiento decretadas por la crisis del coronavirus. 

El Gobierno, de hecho, les ha pedido que no se reúnan en sitios públicos a manifestarse, pero ellos, haciendo caso omiso, han ido a lugares importantes como la plaza del Parlamento en Londres o la zona cerca a Downing Street, la casa del primer ministro.  Contra las estatuas En medio de las protestas, varios de los manifestantes la emprendieron contra los monumentos dedicados a héroes de otras épocas. En Londres vandalizaron una estatua de Winston Churchill y, en Bristol, al suroeste de Inglaterra, los manifestantes lanzaron al río la estatua de Edward Colston, un personaje del siglo XVII.

El monumento de Colston, un reconocido comerciante de esclavos, había estado en el centro de la ciudad desde 1895 y desde hace varios años numerosos activistas antirracismo les habían pedido a las autoridades de la ciudad que la removieran, sin éxito. 

El caso de Colston es bastante controvertido y polémico. El comerciante no solo vendía esclavos, sino que con su compañía, la Royal African Company, tenía el monopolio del comercio de oro y marfil. Con esa plata, sin embargo, financió la construcción de hospitales, iglesias, escuelas, ancianatos y otras obras de caridad en Bristol. En esa ciudad muchos aún lo consideran un héroe y, de hecho, varios edificios, escuelas y barrios están nombrados en su honor: la Colston Tower, el Colston Hall, la Colston Avenue. Incluso, los colegios suelen celebrar el día de Colston el 13 de noviembre.  En años anteriores, ya habían vandalizado y rayado su estatua, pues desde hace un tiempo algunos colectivos cuestionan que se le rinda homenaje a un hombre que tuvo y vendió esclavos.

Polémicas similares han surgido en Estados Unidos con los héroes confederados que lideraron a los estados del sur de ese país en la Guerra Civil y que defendían la tenencia de esclavos como un derecho. Incluso las estatuas de Cristobal Colón han sido vandalizadas o retiradas en el propio Estados Unidos y en países como Venezuela o Argentina.  Con las protestas queda claro, una vez más, que una parte de la población no está dispuesta a darles a ciertos personajes históricos, que defendieron causas como el racismo o la esclavitud, el mismo valor que tenían antes. Una discusión que va para largo.