El cierre del gobierno federal de EE.UU. atraviesa su tercera semana sin que se vislumbre una solución política al conflicto, además el antagonismo entre sus máximos protagonistas, el presidente Donald Trump y la combativa líder demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi, ha llevado a un extremo de tensión como hacía tiempo no se veía en la capital estadounidense. Se trata, en rigor, de la primera gran batalla política del año en Washington, un pulso a todo o nada entre las dos figuras políticas más poderosas del país. La dirigencia en la capital estadounidense está en vilo, al igual que los cientos de miles de empleados del gobierno federal afectados por el shutdown, como se llama al cierre de dependencias oficiales por falta de asignaciones presupuestarias. En contexto: Nancy Pelosi, la mujer más poderosa de Estados Unidos La crisis comenzó el viernes 21 de diciembre, a raíz de la negativa de los demócratas en el Congreso a otorgarle al presidente Trump los USD 5.600 millones que exige para avanzar en la construcción del muro a lo largo de la frontera con México. Esa pelea trabó otras discusiones presupuestarias y desde entonces, lejos de zanjar diferencias, ambas partes se plantaron en posiciones irreductibles, que ahora hacen muy difícil encontrarle una salida al conflicto. La disputa se intensificó luego de que a principios de este mes asumieran los nuevos integrantes de la Cámara de Representantes, elegidos en los comicios legislativos de noviembre pasado, y luego de que la mayoría demócrata le entregara -otra vez, después de ocho años- las riendas a Pelosi, una dirigente que a sus 78 años se ha fogueado en un sinnúmero de batallas políticas. Ahora, pareciera, quien retroceda en la contienda por el muro deberá asumir también el costo político de la derrota. Ambas partes empujan la pelota al campo del adversario. “Este shutdown podría terminar mañana o podría continuar por un largo tiempo… en realidad depende de los demócratas”, afirmó Trump. “Ninguno de los dos quiere aparecer ahora como quien cede, porque ambos tienen mucho para perder”, dijo a la Agencia Anadolu el analista político Erick Langer, profesor de la Universidad de Georgetown, en Washington. “Pelosi puede poner su lugar de liderazgo en juego, sobre todo considerando que hay una diversidad muy grande en su partido, y por su parte Trump puede salir de la pelea con menos peso político y menos posibilidades de lograr la reelección dentro de dos años”, agregó. Puede leer: Cinco temas en los que la política exterior de Trump no defraudó a sus electores Nunca un shutdown duró más de tres semanas, de modo que no se sabe cuáles serán las consecuencias políticas en esta ocasión. Por lo pronto, cada una de las partes sigue la estrategia que mejor sirve a sus objetivos. Convertida en la mujer más poderosa de Washington, Pelosi se propone avanzar con una serie de leyes para financiar las agencias del Estado paralizadas por el shutdown, en un intento de exponer mediáticamente al presidente y mostrarse activa en la búsqueda de soluciones. Pero difícilmente esas iniciativas lograrían pasar luego la prueba del Senado, que continúa bajo dominio republicano. A su vez, el presidente Trump subió la apuesta esta semana al amenazar con invocar razones de emergencia nacional para eludir al Congreso, el órgano que debe decidir las asignaciones presupuestarias, y conseguir por esa vía los fondos necesarios para el muro. “Estamos considerando la emergencia nacional porque tenemos una emergencia nacional, solo lean los diarios”, dijo el mandatario desde la Casa Blanca. Según los analistas, una declaración de emergencia podría desatar otros conflictos políticos y legales de consecuencias imprevisibles. Es posible que ninguna de las partes quiera llegar tan lejos. Le recomendamos: Presidente Trump insiste en la construcción de un muro en la frontera con México “Para Pelosi será más difícil mantener la tensión por mucho tiempo porque eso podría profundizar las divisiones que hay entre los distintos sectores de su partido”, evaluó Langer. Además, luego del avance electoral de noviembre, los demócratas perderían parte de ese terreno ganado y dejar entre sus votantes la sensación de que la elección fue en vano. En cambio Trump, sostuvo el analista, fracasó en esas elecciones, en las que jugó sin éxito la carta del debate inmigratorio, y ahora “quiere revertir esa derrota simbólica forzando la realidad y avanzando como sea con la construcción del muro”. De Agencia Anadolu...