Rusia conmemoró este jueves el aniversario número 80 de la victoria soviética en la batalla de Stalingrado. Vladimir Putin presidente de Rusia aprovechó para comparar la Segunda Guerra Mundial con la invasión rusa en Ucrania. “Estamos de nuevo amenazados por tanques alemanes” aseguró durante la celebración.
Desde hace años, el presidente ruso se presenta como el máximo defensor del recuerdo de la victoria de la Unión Soviética contra la Alemania nazi, una hazaña que en Rusia es motivo de orgullo.
Las celebraciones se producen en un momento de combates encarnizados entre fuerzas rusas y soldados ucranianos en la antigua república soviética, escenario desde hace casi un año de una ofensiva rusa lanzada, según el Kremlin, para “desmilitarizar” y “desnazificar” el país vecino.
El jueves, frente a militares cubiertos de medallas y oficiales congregados en Volgogrado, como se conoce ahora a Stalingrado, Putin volvió a comparar la resistencia contra Hitler con la ofensiva rusa en Ucrania.
“Es increíble, pero estamos de nuevo amenazados por tanques alemanes”, declaró el presidente ruso, equiparando los tanques de Hitler con los blindados Leopard 2 de fabricación alemana, que varios países occidentales prometieron suministrar a Kiev.
“Una vez más, los sucesores de Hitler quieren enfrentarse a Rusia en el suelo de Ucrania, usando a ‘banderovtsis’”, agregó, en referencia a los partidarios del dirigente ultranacionalista Stepan Bandera (1909-1959), que colaboró con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
De acuerdo con analistas Vladimir Putin instrumentaliza la historia para justificar sus políticas, aun a costa de glorificar el poderío de la Unión Soviética y de restar importancia a sus crímenes.
Conmemoración de 200 días de lucha
La batalla de Stalingrado, ocurrida entre 1942 1943, es considerada una de las más sangrientas de la historia, con cerca de dos millones de muertos entre ambos bandos. Este hecho cambió el curso del conflicto en la Unión Soviética, que estaba desmoralizada tras varias derrotas.
El simbolismo de aquella victoria aumenta a medida que se acerca el primer aniversario del lanzamiento de la operación rusa en Ucrania, el próximo 24 de febrero de 2022.
En vísperas del 80 aniversario de la victoria de Stalingrado, se inauguró en la ciudad un busto de Stalin, junto a los de dos jefes militares famosos por su papel en la batalla, Gueorgui Zhúkov y Aleksandr Vasilevski.
Desde la caída de la Unión Soviética, las autoridades rusas mantienen una postura ambivalente hacia Stalin.
Está condenado oficialmente por el terror de Estado que orquestó en los años 1930 y hasta su muerte, en 1953, pero sigue enterrado frente al Kremlin, en la Plaza Roja, y muchos rusos lo siguen venerando por su papel en la derrota de la Alemania nazi a manos de la Unión Soviética.
El jueves, se organizó un desfile militar en Volgogrado. Se depusieron ramos de flores en el Mamayev Kurgan, una colina estratégica que fue objeto de terribles combates y que, desde hace décadas, es un lugar de peregrinación para quienes desean rendir homenaje a los soldados soviéticos.
La batalla de Stalingrado, que comenzó en julio de 1942, duró 200 días.
La ciudad, convertida en un campo de ruinas, fue escenario de devastadores bombardeos aéreos alemanes y de violentos combates callejeros.
El 2 de febrero de 1943, las tropas del mariscal de campo alemán Friedrich von Paulus se rindieron, rodeadas por el Ejército Rojo, la primera rendición del ejército nazi desde el comienzo de la guerra.
La ciudad fue completamente reconstruida por orden de las autoridades soviéticas y pasó a llamarse Volgogrado en 1961, ocho años después de la muerte de Stalin.
Desde 2013, por decisión de las autoridades locales, la ciudad vuelve a llamarse Stalingrado seis días al año, entre ellos el 2 de febrero, por el aniversario de la victoria de Stalingrado, y el 9 de mayo, fecha en la que Rusia celebra la victoria sobre la Alemania nazi.
Con información de AFP