Al término del encuentro con el jefe del Organismo Internacional para la Energía Atómica, Rafael Grossi, el presidente ruso aseguró que ambos están dispuestos a sostener un diálogo que tenga el futuro de la Central de Zaporiyia como eje central.

Grossi puso de manifiesto su preocupación sobre esa zona que califica como una situación “cada vez más peligrosa, precaria y desafiante”, con “frecuentes ataques militares que también pueden amenazar la seguridad nuclear”.

“Ahora más que nunca, durante estos tiempos extremadamente difíciles, se debe establecer una zona de protección alrededor de la planta nuclear (...). No podemos permitirnos perder más tiempo. Hay mucho en juego”, recoge un comunicado del OIEA.

Para el director de este organismo, su prioridad está vinculada a la seguridad atómica por lo que hizo saber a su interlocutor que se había “esforzado en tratar de prevenir un accidente nuclear que sería muy dañino en general y en particular en esta región”.

Este encuentro ha estado bajo la lupa internacional, luego de que el Kremlin dijera hace unos días que la planta permanecía bajo su control. En esta jornada, Putin recalcó que había “elementos de politización excesivamente peligrosa de todo lo relacionado con la actividad nuclear”.

Esta central está ubicada en una de las regiones que recientemente Moscú anexó, junto a Donetsk, Lugansk y Jersón. El área ha sido objeto de discrepancias en los últimos meses, bajo acusaciones mutuas entre Rusia y Moscú de perpetrar ataques.

El OIEA, que cuenta con observadores en esa instalación desde comienzos del mes pasado, rechazó la apropiación rusa y actualmente considera que la central de Zaporiyia pertenece a Ucrania.

Ucrania confirmó nuevas exhumaciones

La oficina del fiscal general ucraniano confirmó este martes que se había adelantado las exhumaciones a 78 cuerpos de civiles en la región separatista de Donetsk. “Se han descubierto los emplazamientos de numerosas sepulturas en las ciudades liberadas de Sviatoguirsk y Limán”.

En Sviatorguirsk los cadáveres presentaban marcas de “muerte violenta”, según indicó esa misma dependencia. También se halló (dentro de un vehículo) los restos calcinados de dos personas.

En la ciudad de Limán se contabilizaron más de cien tumbas, de las que se procedió a exhumar 44 cuerpos, entre ellos “un niño de un año y de toda su familia”.

Mientras se han descubierto más fosas comunes, Kiev ha responsabilizado a las tropas de Moscú de cometer crímenes de guerra, siendo los civiles blanco de agresiones, “torturas o ejecuciones sumarias”. Una acusación que ha sido rechazada en más de una oportunidad por Moscú.

Entre este lunes y martes, las fuerzas militares de Rusia han aumentado su ofensiva sobre varias ciudades, entre ellas la capital ucraniana, y otras como Leópolis o Járkov. Se trata de una respuesta ante lo que Putin catalogó como “atentado terrorista” luego de que el fin de semana una explosión afectara el puente de Kerch (que conecta con la península de Crimea).

Los ataques en varios puntos del país recibieron la condena de la comunidad internacional “en los términos más enérgicos posibles”. El G7 recordó en un comunicado que las agresiones “indiscriminadas contra población civil inocente son un crimen de guerra”.

Este foro político continúa con un compromiso “decidido y firme” sobre la “integridad territorial de Ucrania”, y reiteró que seguirá brindando asistencia financiera, humanitaria, militar, diplomática y legal”. Los líderes del G7 también estuvieron de acuerdo con respaldar a Ucrania “para afrontar las necesidades del invierno”.

**Con información de AFP y Europa Press**

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