¿Una guerra sin punto final? Ese es un cuestionamiento frecuente a nivel global, a cuatro meses de cumplirse dos años desde que escaló la guerra entre Rusia y Ucrania. Los intentos por establecer una mesa de diálogo han quedado solo en eso, mientras ninguna de las partes volvió a insistir con alguna propuesta concreta.
La población civil ha sido la directamente afectada en una confrontación que no comenzó en febrero de 2022, pues se remonta a 2014, año en el cual Moscú se anexó Crimea. Según la Oficina de la ONU para los Refugiados (ACNUR), hasta el pasado mes de junio se estimaban más de 6,3 millones de migrantes ucranianos en todo el mundo.
En medio de los choques, un escenario que mantiene en alerta a la comunidad internacional es el empleo de armas nucleares por parte de Rusia, pese a que para algunos especialistas no es un panorama inminente (aunque tampoco descartable). Las constantes advertencias de uno de los países con mayor armamento sitúan la inquietud.
La nueva amenaza de Putin
El presidente Vladimir Putin volvió a poner sobre la mesa el posible uso de ese tipo de armas que, según mencionó hace unos meses, sería la alternativa si observa una amenaza a la seguridad nacional. A finales de febrero, el jefe del Kremlin anunció que suspendía el acuerdo para el control de armas nucleares, lo cual deja una brecha más.
El mandatario afirmó que se había probado sin inconvenientes un misil de propulsión nuclear. “Se ha realizado con éxito la última prueba del Burevestnik, un misil de crucero de alcance mundial con una instalación nuclear, un sistema de propulsión nuclear”, señaló el jefe de Estado, según la agencia RIA Novosti, citada por CNN.
De acuerdo con Voz de América, Putin hizo mención a esto acompañado de una nueva advertencia: el riesgo de dar un ‘paso atrás’ en la ratificación del Tratado de la Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (este se remonta a 1996). Pese a lo que podría representar una confrontación atómica, todavía gira la incertidumbre sobre el alcance de Moscú.
El medio señala que, en el pasado, las pruebas con ese misil no han resultado del todo exitosas, aunque se estima que tiene una capacidad de miles de kilómetros. Adicionalmente, este tendría la suficiencia de llevar una ojiva tradicional o atómica, lo cual no permite disminuir su potencial peligro.
¿Cuál ha sido la posición de Ucrania?
A mediados del mes pasado, durante una conversación con 60 minutes, de CBS News, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski advirtió sobre una “tercera guerra mundial” y atribuyó la responsabilidad a Moscú. En sus palabras, la población se encargó de darle fuerza al hoy jefe de Estado hasta entregarle el poderío actual.
“No podemos cambiar a Putin. La sociedad rusa ha perdido el respeto del mundo. Lo eligieron y lo reeligieron, y levantaron a un segundo Hitler”, dijo antes de cuestionarse “si (el ejército de Moscú) llegan a Polonia, ¿qué sigue? ¿Una tercera guerra mundial?”.
En ese diálogo, Zelenski aprovechó para recalcar cómo la población civil continuaba como blanco de una ofensiva en la cual los heridos y muertos no cesan. También dijo que su país libraba una batalla contra un territorio nuclear cuyas acciones, si son ‘pasadas por alto’, podrían desencadenar una confrontación mayor.
Por su parte, las Naciones Unidas han expresado su temor cuando se menciona la palabra “atómico”; de hecho, en septiembre, el secretario general del organismo, António Guterres, instó a poner fin a ese riesgo. A la fecha se calcula que hay más de 12.000 armas de ese tipo y, según la ONU, la lucha contra estas muestra retrocesos.