Luego de que la semana pasada, a través de su vocero en temas de seguridad, John Kirby, Estados Unidos advirtiera que Corea del Norte estaba suministrando armas para el Grupo Wagner, una red de mercenarios afín al Kremlin, desde Pyongyang, se conoció un pronunciamiento encaminado a negar tales rumores de administración de elementos bélicos al régimen de Moscú.
El señalamiento de Estados Unidos se había enmarcado en la declaración del grupo Wagner como una “organización criminal transnacional”, advirtiendo la existencia de provisiones por parte de Kim Yong, y advirtiendo que dicho suministro de armas, a la vez representaba una violación a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Si bien en el señalamiento de Estados Unidos, sus funcionarios habían revelado una serie de imágenes que darían cuenta del ingreso de trenes rusos al territorio norcoreano, más precisamente a territorios próximos a fábricas de armas, las autoridades norcoreanas han salido a negar tales señalamientos, advirtiendo que con estos, Washington estaba buscando enrarecer aún más el contexto internacional, calificando las denuncias como “rumores inventados”.
A su vez, en su pronunciamiento, altos funcionarios del régimen de Pyongyang, han advertido que los señalamientos de Estados Unidos, sobre suministros inexistentes, traducen en ‘una grave provocación’, advirtiendo que eventualmente ello podría derivar en una reacción’.
Según recogen medios internacionales como la Agencia AFP, el pronunciamiento por parte de Corea del Norte estuvo a cargo del director general del Departamento de Asuntos sobre Estados Unidos, Kwon Jong Gun.
Los señalamientos de Estados Unidos aumentaron la tensión en la región, más aún, si se tiene en cuenta que de forma indirecta, y debido a otros escenarios de pugna internacional, se ha ido consolidando un bloque China, Rusia y Corea del Norte; medidas dimensiones.
Dicha conformación de un bloque, o de la cercanía entre Rusia y Corea del Norte, también se hace tangible en escenarios como que el régimen de Pyongyang, es de los únicos países, junto con Siria y Rusia, que se manifestaron internacionalmente para reconocer la independencia y autonomía de las llamadas regiones separatista de Ucrania de Lugansk y Donetsk, luego de los referendos impulsados por el régimen de Moscú.
A su turno, según refieren medios internacionales, la eventual existencia de fuertes lazos entre Rusia y Corea del Norte, se ha visto referido en escenarios como el Consejo de Seguridad de la ONU, donde Moscú se ha convertido en opositor recurrente de las medidas que allí se discuten en materia de endurecimiento a sanciones en contra de Corea del Norte, abogando incluso por la distensión de estas.
La preocupación que reviste el eventual apoyo de Corea del Norte a Rusia en al guerra de Ucrania no solo despierte preocupación manifiesta en Estados Unidos, sino que, desde otros polos de poder regional e internacional como Corea del Sur, y la misma Otan, también se han levantado banderas rojas.
Uno de los factores que mayor preocupación despierta en el escenario internacional, es precisamente el alcance logrado por el desarrollo armamentístico de Corea del Norte, más aún después de que Kim Jong Un, líder norcoreano, advirtiera que su país ya adelanta un proceso “irreversible”, para convertirse en potencia nuclear, exhibiendo continuamente sus capacidades, y poniendo en vilo Corea del Sur y Japón.
Frente a la participación externa de otras potencias, de manera indirecta en la guerra de Ucrania, esta semana, el secretario de la Otan, Jens Stoltenberg, elevó una petición especial a Corea del Sur para que se adhiera al grupo de países que han entregado ayuda militar para Ucrania, un llamado que a su vez busca que Seúl tenga que reconsiderar su política de no exportación de armas a países que se encuentran en conflicto activo.
El llamado de Stoltenberg se realizó en el marco de su vista a la ciudad de Seúl, uno de los destinos comprendidos en su gira por Asia; escenario que apunta al fortalecimiento de lazos internacionales en el marco de la Guerra en Ucrania, y la creciente preocupación por el aumento de influencia y capacidad por parte de China.
En su argumentación, el secretario general de la Otan apuntó que Seúl debería seguir los pasos de países como Alemania o Noruega, donde también operaban normativas similares frente a la exportación de armas.
*Con información de AFP