El Gobierno de Cuba ha criticado duramente la entrada la semana pasada de un submarino de propulsión nuclear estadounidense en la bahía de Guantánamo y ha subrayado que “constituye una escalada provocadora de los Estados Unidos, cuyos motivos políticos o estratégicos se desconocen”.
El Ministerio de Exteriores cubano ha indicado en un comunicado publicado en su página web que “rechaza categóricamente el ingreso en la bahía de Guantánamo, el 5 de julio de 2023, de un submarino de propulsión nuclear que permaneció hasta el 8 de julio en la base militar estadounidense allí ubicada”.
“Como se sabe, la base militar estadounidense ocupa ese territorio de 117 kilómetros cuadrados desde hace 121 años, en contra de la voluntad del pueblo cubano y como rezago colonial de la ilegítima ocupación militar de nuestro país iniciada en 1898, tras la intervención expansionista en la guerra de independencia de los cubanos contra el poder colonial español”, ha resaltado.
Así, ha subrayado que “se trata de un enclave que desde hace muchos años carece de importancia estratégica o militar para Estados Unidos” y ha lamentado que “su permanencia (allí) solo responde al objetivo político de tratar de ultrajar los derechos soberanos de Cuba”.
“Su utilidad práctica en las últimas décadas se ha reducido a servir de centro de detención, tortura y violación sistemática de los Derechos Humanos de decenas de ciudadanos de diversos países”, ha dicho, antes de incidir en que “la presencia allí de un submarino nuclear en estos momentos obliga a cuestionar cuál es la razón militar del hecho en esta región pacífica del mundo, contra qué objetivo se dirige y qué propósito estratégico persigue”.
En esta línea, ha recordado que todos los países de la región “son firmantes de las Declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, suscrita en La Habana en enero de 2014″ y ha añadido que “como amenaza para la soberanía y los intereses de los pueblos latinoamericanos y caribeños, Estados Unidos han establecido más de 70 bases militares en la región, con diverso grado de permanencia, más otras formas operacionales de presencia militar”.
Por ello, el Ministerio de Exteriores cubano ha reiterado su exigencia de que Estados Unidos se retire de la bahía de Guantánamo y ha advertido del “peligro que entraña la presencia y circulación de submarinos nucleares de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en la cercana región del Caribe”.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, ha recalcado en rueda de prensa que “no discute sobre el movimiento de bienes militares estadounidense” y ha pedido que se traslade la pregunta sobre el tema al Pentágono.
Sin embargo, ha recordado que “el portavoz del Pentágono dijo que Estados Unidos seguirá volando y navegando, así como moviendo sus efectivos militares donde considere apropiado hacerlo, respetando el Derecho Internacional”, según una transcripción de sus declaraciones publicada por el Departamento de Estado en su página web.
Experta de la ONU afirma que el trato es “inhumano” a las personas detenidas en Guantánamo
Vigilancia constante, acceso limitado a las familias, aislamiento. El trato a los 30 últimos detenidos en Guantánamo es “cruel, inhumano y degradante”, denunció una experta de la ONU tras la primera visita al centro de detención estadounidense en Cuba.
Tras décadas de demandas infructuosas de expertos independientes de derechos humanos de la ONU, la relatora especial para los derechos humanos y la lucha antiterrorista, Fionnuala Ní Aoláin, pudo visitar la cárcel en febrero pasado.
Su informe publicado describe, pese a “importantes mejoras” en el centro de detención, una “vigilancia casi constante, extracciones forzadas de las celdas, utilización excesiva de medios de contención”, “carencias estructurales en materia de salud, acceso inadecuado a las familias” y “detenciones arbitrarias caracterizadas por las violaciones del derecho a un juicio justo”.
“La totalidad de todas las prácticas y negligencias (...) tienen efectos agravantes acumulativos para la dignidad, la libertad y los derechos fundamentales de cada detenido, lo que equivale, para mí, a un trato cruel, inhumano y degradante de acuerdo al derecho internacional”, dijo en una conferencia de prensa. “El cierre de este centro es una prioridad”, agregó.
Los expertos independientes de derechos humanos de la ONU han tratado de conseguir los permisos para acceder a esta cárcel militar, situada en el sureste de Cuba, desde que se abrió en 2002 para albergar a los detenidos de la “guerra contra el terrorismo” que libró Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
*Con información de Europa Press